De la indagación sobre el fundamento de la realidad a los niveles de consciencia
Es nuestra tarea y responsabilidad el indagar, buscar, discernir e interiorizar toda aquella información que proviene del exterior para examinarla con detenimiento antes de aceptarla o rechazarla. Situarse en una buena predisposición y apertura de miras ante nuevas fuentes de conocimiento, es ubicarse en el marco ideal para que puedan darse las oportunidades que permitan ampliar las creencias que uno ya tiene. La capacidad de reflexión que se tenga sobre otras visiones de la realidad sin sentirse por ello ideológicamente amenazado, es sin duda un claro indicador de que se goza de una buena salud espiritual.
Lo que aquí se expone no deja de ser por tanto un compendio de filosofías, teorías, doctrinas y conceptos procedentes de muy variadas fuentes de conocimiento, pero que al ubicarlas en el lugar que les corresponde crean un bonito mosaico que muestra una clara imagen multidimensional de la existencia. Tal vez sea una percepción un tanto lineal que diste mucho de la auténtica realidad inabarcable e incognoscible que nos rodea; sin embargo, solo con que pueda entenderse como una leve aproximación a nuestra verdadera naturaleza esencial, habrá quien consiga ver en ella una verdad muy profunda que esconde cuestiones tan relevantes como el motivo de nuestra presencia en el mundo y hasta el propio significado de la Vida. (Ricard Barrufet Santolària)
La realidad es siempre interpretable e interpretada. Todos los conceptos que construimos son siempre provisionales y sujetos a modificación, en su posible significado y en su valor.
- Lo que a continuación se presenta es un modelo que se centra en la finalidad y el propósito de nuestra vida: el desarrollo espiritual, el crecimiento de nuestra alma.
- La vida es una escuela para el alma. Cada circunstancia, cada persona que llega a nosotros, cada dificultad y cada bendición son parte de una obra maestra cuidadosamente diseñada para nuestra transformación interior.
- Nuestra conciencia alcanzará niveles de comprensión más elevados en la medida que nos cuestionemos permanentemente nuestra realidad, siendo conscientes de que está sujeta a creencias y valores que muchas veces son dogmáticos e irracionales.
Una de las grandes inquietudes que nos caracterizan como especie ha sido el deseo de comprender la naturaleza de nuestra realidad, de todo cuanto existe… pero, ¿Cómo podemos hacerlo si estamos examinando continuamente únicamente el ámbito de las dimensiones físicas? ¿Y el papel de los sistemas no físicos, como la conciencia, o su interacción con los sistemas físicos (materia)? ¿Qué papel juega la conciencia en la conformación de la realidad física?
Desde el principio el pensamiento humano ha intentado explicarse, más allá de las apariencias, el fundamento último de la realidad, la naturaleza esencial de la realidad: destacando dos grandes enfoques: el materialista y el espiritualista, dando lugar a diferentes visiones de la misma. Mientras el materialismo no admite nada fuera del mundo de la materia, las corrienes espiritualisas, las grandes tradiciones de sabiduría han puesto énfasis en la idea de que todos somos parte del Uno, el Todo, la Fuente, el Absoluto, el Último, el Gran Espíritu o como sea que decidamos llamar a la «Conciencia universal». Los grandes maestros espirituales tienden a considerar que todo lo que está fuera del «Uno» es mera «ilusión».
El mundo que conocemos es sólo uno de los muchos «lugares» en los que existimos. Cada uno de nosotros tiene un plan designado para la vida en la Tierra, que poco a poco se va desarrollando ante nuestros ojos y del que no somos conscientes. La muerte física es simplemente la muerte del cuerpo físico. La investigación científica más avanzada reconoce la existencia de diversos dimensiones o planos de la realidad y sugiere que los seres humanos somos seres espirituales encarnados en un cuerpo físico viviendo experiencias cuya finalidad es la evolución del alma y que nuestra alma/conciencia individual continúa existiendo incluso cuando el cerebro físico no funciona en absoluto. La supraconciencia existe, se le puede llamar supraconciencia, campo cuántico, alma, vacío cuántico…
El crecimiento espiritual consiste en una pérdida sucesiva de ego, que se traduce en un cambio en la experiencia psíquica interna, más que en un control de la conducta externa.
Lo que a continuación se presenta es un modelo que se centra en el propósito, la finalidad, de nuestra existencia humana: el crecimiento del alma individual mediante la vivencia de experiencias de aprendizaje en esta y a lo largo de sucesivas vidas. Algunas opiniones de expertos y estudiosos de estas cuestiones:
La nueva imagen de la realidad: Son los más notables físicos, astrofísicos y cosmólogos del mundo entero, quiénes en base a teorías y conjeturas bien sustentadas nos muestran una actual visión del universo muy distinta de la que hasta hace bien poco teníamos de él. La ciencia más vanguardista sostiene que la realidad última que conforma el Universo es la Conciencia Universal, pleno cósmico, campo cero, campo cuántico, campo akáshico, al que también podríamos denominar Fuente, Vida, Universo, Dios o el Uno. Los físicos cuánticos sugieren que todo es creación de una Mente perfecta, en donde todo está entrelazado, un Cosmos en que todo está en evolución constante y es perfecto, en el que todos provenimos de una Energía que lo contiene todo, somos parte de esa energía primera y la transmitimos en nuestra vida a través de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Somos parte del Todo, y somos la manifestación del Todo aquí en la Tierra.
Sin embargo, el ego nos mantiene atrapados en la creencia de que todo y todos estamos separados, de que nuestras acciones, nuestros pensamientos, andan libremente, campan a sus anchas sin ir a ninguna parte. La mente está dominada por el ego, y este solamente busca nuestro apego para que nos sintamos constantemente frustrados, solos, buscando “algo” que solucione nuestros problemas. Esta forma de ver y entender la vida nos hace tener experiencias dolorosas y sufrimientos innecesarios. Todo ello está en relación directa con lo que se llama nivel de conciencia. Una pregunta que podríamos hacernos todos es la siguiente: ¿Qué es un nivel de conciencia? Y una posible respuesta podría ser: Es una apertura, una ampliación de nuestra comprensión de lo que es la “realidad”. Un cambio de paradigma que nos permite cambiar nuestra percepción del mundo y de la vida.
Nuestra conciencia alcanzará niveles de comprensión más elevados en la medida que nos cuestionemos permanentemente nuestra realidad, siendo conscientes de que está sujeta a creencias y valores que muchas veces son dogmáticos e irracionales. El ego no permite que tomemos conciencia de que nuestros problemas y todas nuestras experiencias guardan una relación directa con el nivel de conciencia en el que estamos viviendo. Trascender los niveles de conciencia es trascender las diversas polaridades de la vida. (Enric CORBERA en el prólogo a la obra de D. HAWKINS: Trascender los niveles de conciencia)
Siguiendo las explicaciones del Dr. SANS SEGARRA, el "alma" es lo que nos llevamos tras la muerte física, es la conciencia + nuestra conducta, todo lo que hemos vivido, lo que hemos hecho en esta vida, es decir, nuestra historia, los actos que hemos hecho, el karma… el alma es nuestra conciencia + nuestro subconsciente. Teilhard de Chardin decía que nuestra vida es como un camino que empieza en el punto Alfa y tiene que llegar al punto Omega, un proceso evolutivo de purificación que consiste en ir eliminando nuestras imperfecciones, todas nuestras impurezas... el punto Alfa representan las impurezas que en nuestro camino evolutivo hemos de ir puliendo y eliminando hasta llegar al punto Omega que representa la divinidad, la budeidad, la sanidad, nuestra purificación definitiva… esta "alma" cuando llega a esa situación ya no lleva un karma negativo, ya es un avatar, es puro ser divino, es pura conciencia, energía pura, se une a Dios… El alma lo que hace es precisamente esto: llevar a cabo las experiencias de aprendizaje necesarias para la purificación de nuestra alma y esos aprendizajes, esas enseñanzas, esas "comprensiones" son las que atesoramos como acervo evolutivo y eso es lo que nos llevamos: experiencias, vivencias, memorias, karma… todo esto junto con nuestra “conciencia” forman el “alma”… El "alma" representa nuestra evolución histórica, y es lo que condicionará las futuras reencarnaciones…
Esto supone que a lo largo de nuestra vida hemos de ir controlando nuestro ego, ya que este hará todo lo posible para que no avancemos; pero hemos de ser conscientes que esa purificación, esa iluminación, ese “despertar” solo se consigue si se despierta nuestra conciencia… en el momento que uno es consciente que tiene conciencia, alma y Espíritu… se embarca en una dinámica en la que hará convivir su ego con una dinámica vital positiva. Ojalá todos tuviéramos nuestra alma / conciencia no-local a flor de piel, activada, "despierta", el mundo sería otro…
La finalidad de nuestra vida, pues, como se ha indicado y sostuvo Teilhard de Chardin consiste metafóricamente en recorrer un camino que empieza en el punto Alfa lleno de impurezas propias del ego, paravirlas puliendo y eliminando, hasta llegar al punto Omega, que representa la santidad, budeidad, iluminación en las filosofías orientales… Es un camino en el que vamos puliendo nuestra alma y cada obstáculo representa una circunstancia u oporrtunidad para ir eliminando impurezas hasta llegar a la puriicación total o santidad, esa es la finalidad de nuestra vida. El proceso de reencarnación consiste precisamente en venir aquí a desarrollar nuestro ser, a liberarnos del ego, que representa nuestra falsa identidad, nuestra identidad materialista. Es decir, con nuestra auténtica identidad que es divina nos colocamos dentro de un cuerpo físico y nuestra principal tarea en la vida consiste precisamente en redescubrir quiénes somos realmente, descubrir nuestra auténtica identidad, que está tapada y ocultada por el ego, para que el "alma" aflore y fluya libremente mostrando su auténtico esplendor … . (M. SANS SEGARRA, médico español, antiguo jefe de Cirugía Digestiva del Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), Investigador de las ECM.)
- La realidad es siempre interpretable e interpretada. Todos los conceptos mentales son provisionales por naturaleza. Ser consciente de esa limitación es una cualidad necesaria para la sabiduría. Ésta posee un componente de humildad y otro de flexibilidad; ve todo conocimiento como provisional y sujeto a modificación, no sólo en su significado, sino también en su valor. Se podría definir la sabiduría con una fórmula matemática: sabiduría = conocimiento + Amor o, mejor dicho, conocimiento “en” Amor.
- En estos últimos tiempos es posible decir mucho más, y desde una perspectiva más novedosa que la que hasta ahora ha podido ofrecer la cultura existente. Ahora bien, es necesario advertir que lo que aquí se presenta podrá parecer, posiblemente, más ciencia-ficción que ciencia. Al menos es lo que me pareció, como autor, cuando mi mente comenzó a abrirse a alguna de estas ideas, que, sin embargo, me trajeron paz incluso antes de poder verificarlas.
- Quizás la mejor manera de aprovechar el presente libro es procurar que la mente del lector ni acepte ni deje de aceptar las ideas aquí contenidas, sino que se abra una ventana “hipotética” en la mente que manifieste: «Si todo lo que aquí se dice fuese cierto, ¿cómo cambiaría mi vida y mi actitud ante las cosas?». A partir de ese punto solo quedaría un último trabajo, más fácil de realizar: verificar el grado de verdad de las ideas expuestas. (G. RODRÍGUEZ FRAILE: ¿Un nuevo paradigma de la realidad?
NOTA: Diferenciando entre «consciencia» y «conciencia». Cuando aquí nos referimos a la consciencia nos estamos refiriendo fundamentalmente a la conciencia no-local o supraconciencia. La«Consciencia» (consciencia neuronal o local) tiene que ver con darse cuenta, estar presente, observarse a uno mismo y, en definitiva, vivir aquí y ahora. Por otro lado, «Conciencia» o supraconciencia (conciencia no-local) es esa instancia interior que cuando vivimos identificados con el ego nos sugiere por dónde tirar, lo que está bien y lo que está mal. Y que cuando vivimos conectados con nuestra verdadera esencia nos inspira a dar lo mejor de nosotros mismos en cada momento y frente a cada situación. El quid de la cuestión es que no podemos regirnos por nuestra conciencia si no vivimos de forma consciente. - ver aquí - - aquí - - y también aquí -
Ese es tu horizonte y tu camino...
- Existen dos grandes enfoques en la manera de entender la realidad: espiritualismo y materialismo. Las principales diferencias entre el espiritualismo y el materialismo se encuentran en el diferente modo de concebir lo real: su limitación a lo físico o su ampliación mediante la afirmación de un ámbito inmaterial, y el modo de explicar la posible relación entre ambos órdenes. El espiritualismo, sosteniendo la existencia de una realidad espiritual que es independiente del mundo material y posee unos rasgos propios. El materialismo, afirmando el carácter originario de la realidad física material y poniendo en el mismo el fundamento y la explicación última de cualquier fenómeno espiritual o de conciencia. El espiritualismo sostiene la existencia de entidades inmateriales como el alma o como Dios. El materialismo, por su contra, niega la existencia de sustancias no materiales y, por lo tanto, de realidades de carácter ideal o espiritual independientes de la materia. Para el materialismo la materia es la realidad fundamental, aquello que es de naturaleza inmaterial no existe por sí mismo y es reducible en su caso a propiedades de la propia realidad material.
- La pregunta por el origen de lo real ocupa un lugar central en el conjunto de temas abordados por el pensamiento humano. La indagación sobre la naturaleza esencial de la realidad tuvo sus comienzos en Grecia con el intento de encontrar sustancias o elementos simples a los que, en última instancia, pudiera reducirse el complejo mundo de los fenómenos. Lo que les interesa era encontrar el “arjé” o principio de las cosas (de dónde proceden y de qué se componen).
- Más allá de lo físico. El término "metafísica" proviene del griego meta (más allá) y physica (lo físico). Indaga sobre realidades que permanecen ocultas a los sentidos. La metafísica es la rama fundamental de la filosofía que estudia la naturaleza esencial de la realidad, la existencia y los principios últimos que la rigen. Se ocupa de cuestiones que van más allá de lo físico y lo empírico, explorando conceptos como el ser, el tiempo, el espacio, la causalidad y la entidad.
- Desde la metafísica se sostiene que la realidad última no es solo material, sino que existe una dimensión espiritual que permea y trasciende lo físico. La metafísica espiritualista se adentra en el estudio de la realidad más allá de lo físico, centrándose en la existencia y naturaleza del espíritu como elemento fundamental del universo. Desde esta perspectiva la conciencia no es un producto del cerebro, sino una entidad fundamental, independiente de la materia.
- El origen de la metafísica espiritualista se remonta a las antiguas tradiciones filosóficas y religiosas que buscaban comprender la esencia del ser y la realidad. Desde las enseñanzas de Platón sobre el mundo de las ideas hasta las filosofías orientales como el hinduismo y el budismo, la noción de una realidad espiritual humana ha sido una constante en el pensamiento humano.
- Desde esta perspectiva espiritualista suele interpretarse que la realidad material no proporciona por sí misma un fundamento de su propia existencia, por lo que requiere una explicación de carácter trascendental que justifique su origen. Valorando el mundo material como una realidad contingente que carece de razón propia, suele postularse la existencia de un principio divino, permanente y ajeno al devenir temporal, como realidad última y fundamento de todo cuanto existe. El materialismo, por el contrario, interpreta el mundo material como una realidad originaria que no requiere de un principio explicativo anterior, descartando por lo tanto la pertinencia de postular una realidad previa no material que la justifique.
- Algunas diferencias entre metafísica espiritualista y materialista:
- Naturaleza de la realidad: Mientras la metafísica materialista sostiene que la realidad se compone únicamente de materia y energía física, la espiritualista afirma la existencia de una realidad no material o espiritual.
- Origen del ser: La perspectiva materialista explica el origen del ser a través de procesos físicos y biológicos, mientras que la espiritualista considera que el ser tiene un origen trascendental o divino.
- Conciencia: Para los materialistas, la conciencia es un producto de los procesos cerebrales. En contraste, los espiritualistas ven la conciencia como una entidad fundamental, independiente de la materia.
- Propósito de la existencia: La metafísica materialista tiende a ver el universo como algo sin propósito inherente, mientras que la espiritualista suele atribuir un significado y propósito trascendental a la existencia.
- En la metafísica espiritualista, el espíritu y la materia no son entidades separadas, sino aspectos interconectados de una realidad única. Se considera que el espíritu es la fuerza creativa y organizadora que da forma y propósito a la materia. Esta relación se puede entender como una interacción constante donde el espíritu influye en el mundo material y, a su vez, las experiencias en el plano físico contribuyen al crecimiento y evolución del espíritu.
- Esta perspectiva sugiere que los pensamientos, emociones y acciones tienen un impacto directo en la realidad física, estableciendo una conexión íntima entre el mundo interno del individuo y su entorno exterior. Así, la metafísica espiritualista propone una visión holística del universo, donde todo está interconectado a través de la energía espiritual.
- El papel de la conciencia en la metafísica espiritualista. La conciencia juega un papel central en la metafísica espiritualista. Se la considera no como un mero producto de los procesos cerebrales, sino como una cualidad fundamental del universo. Desde esta perspectiva, la conciencia es vista como el medio a través del cual el espíritu se expresa y experimenta la realidad.
- La metafísica espiritualista propone que la expansión de la conciencia es clave para el desarrollo espiritual. A través de prácticas como la meditación, la contemplación y el autoconocimiento, se busca acceder a niveles más profundos de conciencia que permitan una comprensión más amplia de la realidad y del propio ser.
- Además, esta corriente de pensamiento sugiere que la conciencia colectiva de la humanidad tiene un impacto significativo en la realidad compartida. Se cree que, al elevar la conciencia individual, se contribuye a la evolución de la conciencia colectiva, lo que puede llevar a transformaciones positivas en el mundo material y espiritual.
- Por su parte, durante muchos siglos el procedimiento fundamental de la indagación científica ha sido basarse en la observación sensorial y la experimentación, y en fundamentar la teoría en hechos. Así surgió el vasto cuerpo de la ciencia empírica, y se descartaron todas las entidades que eran incompatibles con los hechos observados o innecesarias
- A medida que ha ido progresando el conocimiento humano, a las diversas cosas observables por los sentidos se añadieron las imperceptibles del espacio y el tiempo, las fuerzas invisibles, la vida y el alma. A la larga, incluso estas no fueron suficientes, y lo sobrenatural se sumó al mundo natural.
- La ciencia ha tenido que admitir, contra lo que ha sostenido en los últimos siglos, que la materia (protones, electrones, fotones, cualquier cosa que tenga una masa) no es el único componente de la realidad.
- La idea de que la Conciencia afecta a la materia es la principal diferencia, parece que irreconciliable, entre la visión del mundo que ofrece la física clásica y la nueva concepción de la física moderna. Se ha demostrado que los componentes más pequeños del Universo, que constituyen el gran mundo objetivo que vemos, no se comportan en absoluto de acuerdo con las normas de la física clásica.
- Uno de los descubrimientos asombrosos de la física cuántica implica que algo que se produce en un lugar tiene efectos instantáneos sobre la realidad en otro sitio. Unas partículas depende de las demás; es decir, unas y otras interactúan sin importar la distancia que las separa y de manera simultánea. Esta relación se debe a que constituyen una entidad única; su separación es una ilusión. Hace más de cien años que la comunidad científica empezó a reconocer que todo en el universo está hecho de energía y que eso que llamamos “materia” no es más que una “ilusión”. Por tanto, las diversas cosas que se ven y se sienten constituyen manifestaciones diferentes de la misma realidad.
- El Universo no es un almacén de objetos separados y estáticos suspendidos en el espacio, sino un único organismo de campos de energía interconectados en un estado permanente de probabilidad de convertirse en algo; en un estado continuo de transformación. El fundamento de esas conexiones instantáneas entre los objetos cuánticos se encuentran en los dominios más sutiles de la realidad.
- La nueva imagen de la realidad: la ciencia más vanguardista sostiene que la realidad última que conforma el Universo es la Conciencia Universal, pleno cósmico, campo cero, campo cuántico, campo akáshico, al que también podríamos denominar Fuente, Vida, Universo, Dios o el Uno.
- Los físicos cuánticos sugieren que todo es creación de una Mente perfecta, en donde todo está entrelazado, un Cosmos en que todo está en evolución constante y es perfecto, en el que todos provenimos de una Energía que lo contiene todo, somos parte de esa energía primera y la transmitimos en nuestra vida a través de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Somos parte del Todo, y somos la manifestación del Todo aquí en la Tierra.
- La conclusión básica de los teóricos del campo cuántico es que la materia prima del Universo es inmaterial, y su sustancia esencial es insustancial. Max Planck, físico teórico que originó la teoría cuántica, que le valió el Premio Nobel de Física en 1918, afirmó: "Considero la conciencia como fundamental. Considero a la materia como derivada de la conciencia. No podemos conseguir meternos detrás de la Conciencia. Todo de lo que hablamos, todo lo que nosotros consideramos como existente, postula la «Conciencia»".
- Según las teorías sobre variables ocultas, el colapso de la función de onda – ver aquí – se produciría a partir de la influencia de variables desconocidas por el momento. El colapso no sucederia al azar, sino debida a variables desconocidas. Según esta interpretación la variable oculta es la Conciencia. Hay una inteligencia “superior” que dirige la manifestación de la realidad. Según esta visión, el “colapso” es el resultado de la elección por parte de una Conciencia no-local, es decir, fuera del espacio-tiempo.
- La conciencia—o campo de conciencia— de alguna manera convierte la “posibilidad de algo” en “algo real”. Esto sugiere que el ingrediente más importante en la creación del Universo es la Conciencia.
- La existencia de este campo de la conciencia, llamado “A-Field” (el Campo) por los físicos y “campo akáshico” por los místicos, implica que toda la materia del Universo está conectada en el nivel subatómico a través de una danza constante de intercambio de energía cuántica.
- En el plano físico la «conciencia» se manifiesta bajo muy diferentes formas de vida. Estamos hablando de los reinos mineral, vegetal, animal y humano. Pasar de cada uno de estos reinos al siguiente supone dar un paso de gigante a nivel evolutivo, y por extraño e increíble que nos pueda parecer, todos provenimos de estos reinos inferiores.
- Otro tipo de pruebas ha demostrado que, en el nivel más básico, cada ser humano es también un paquete de energía interactuando constantemente con este vasto campo de energía que es el Universo. Los experimentos científicos sugieren que la Conciencia» es una sustancia fuera de los confines del cuerpo humano; una energía altamente ordenada y con la capacidad de cambiar la materia física. Así pues, el poder de la mente/conciencia sobre la materia parece atravesar el tiempo y el espacio.
- En este contexto, es posible afirmar que la Mente y la Conciencia no son un epifenómeno del cerebro, sino que la Conciencia se contempla, hoy, como la realidad fundamental, el marco donde se produce toda manifestación de la realidad.
- La ciencia tradicional intentó reducir la realidad sustancialmente a términos de materia y cuestionar la mente; el resultado fue una visión predominantemente materialista del mundo.
- En los últimos siglos, sin embargo, se ha producido una gran revolución en la percepción humana. Se está empezando a concebir un Universo multidimensional. Hasta ahora los seres humanos sólo hemos sido conscientes (al menos a través de la consciencia ordinaria) de una parte minúscula de la completa realidad universal. Sólo una pequeña parte de la realidad del Universo es accesible a la percepción humana. Se postulan otras dimensiones de las que hasta ahora no hemos sido conscientes. Esas otras dimensiones no son observables, son dimensiones “no visibles” pero reales.
- Además de la dimensión correspondiente al plano físico que podemos ver y tocar, existen otras zonas dimensionales en las que residen nuestros aspectos emocionales, mentales, intelectuales, creativos, afectivos y espirituales.
- De alguna forma, esta visión coincide con lo que siempre han expresado los místicos acerca de la realidad a lo largo de la historia de la Humanidad. Desde grandes tradiciones de sabiduría, como por ejemplo el budismo, se reconoce 3 grandes planos o niveles de la realidad: el mundo sin forma, el mundo de la forma y el mundo del deseo. “El mundo de la forma” es uno de los tres reinos de existencia y representa un plano más elevado que el mundo del deseo, donde los seres tienen cuerpos sutiles y están libres de pasiones. En la filosofía platónica, las “formas” son ideales eternos que existen más allá del mundo físico. El mundo sensible es solo una copia imperfecta del mundo de las formas.
- La realidad manifiesta, está compuesta de niveles o grados diferentes, desde los más bajos, densos e inconscientes hasta los más elevados, sutiles y conscientes. En uno de los extremos de este continuo del ser –o espectro de conciencia–, se halla lo que Occidente denomina «la materia», lo insensible o lo inconsciente y, en el otro, «el Espíritu», «la Divinidad» o lo «Supraconsciente» (el Fundamento que impregna toda la Realidad, la totalidad del proceso).
- El mundo físico es un reflejo de las vibraciones de energía de los mundos más sutiles —con mayor frecuencia vibratoria— que, a su vez, son el reflejo de los campos de energía aún más sutiles que existen en una realidad multidimensional.
- Cada dimensión tiene una frecuencia vibratoria diferente, que es lo que la caracteriza. En este modelo se puede imaginar que el Universo multidimensional vaya aumentando progresivamente su frecuencia de dimensión a dimensión, hasta llegar a la última, que es el Absoluto. En él la frecuencia vibratoria es infinitamente rápida, y por tanto el tiempo es cero y puede contener toda la información del Universo. El Absoluto incluye todo, incluso las frecuencias más bajas de manifestación.
- Como las dimensiones por debajo del Absoluto reducen su frecuencia vibratoria, es de suponer que también falta algo de información en ellas, y que existe alguna sensación del transcurrir del tiempo. Por lo tanto, hasta que no se consigue la unificación total, característica de la última dimensión, podría ser lógico suponer que existen conciencias individualizadas en todas esas dimensiones. Esto implica la probabilidad de que existan seres no físicos experimentando en ellas.
- Se entiende que hay diferentes jerarquías de seres no físicos ascendiendo por las distintas dimensiones, hasta fundirse con el Absoluto. De hecho, y siempre según este modelo, ése es el “futuro” de las experiencias de las almas humanas cuando hayan completado la toma de información, o aprendizaje, en el reino humano.
- La Creación. La Creación y toda la existencia posterior es una progresión hacia abajo y hacia fuera desde la Fuente primordial (Absoluto), en un proceso primero descendente y después ascendente. El camino de ascenso desde “los muchos” hasta “el uno”, es el camino de la sabiduría, que consiste en ver que detrás de todas las formas y la diversidad de los fenómenos descansa “el uno”. El camino de descenso es el camino de la compasión, porque todas las formas de vida provienen del uno y, en consecuencia, deben ser tratadas con el mismo respeto.
- La nueva visión científica de la realidad se corresponde con la Sabiduría perenne de la Humanidad. Al igual que en las filosofías milenarias, lo que la nueva física describe como el vacío unificado —la realidad de todos los campos y fuerzas del mundo físico— — ver aquí — es, de hecho, el elemento más fundamental y real del Universo. Lo que se considera materia no es más que una agrupación semiestable de energías que brotan de este vacío. En última instancia, la materia es una perturbación del campo cuasinfinito de energía e información que es el campo conectado.
- Tan grande como es el universo físico que se nos presenta como un hecho dado, no menos grande es nuestra capacidad de interpretación y significación de él, como se aprecia en el lenguaje, la literatura, la cultura, la civilización, la sociedad y el Estado, el derecho, la arquitectura, el arte, la ciencia, la moral y la religión. Sin esta asignación de significado y trascendencia, el universo ¿tendría algún sentido? ¿Para quién, significaría, sino existiera un “ente inteligente” capaz de otorgarle significado? El universo físico externo no sería más que una inmensa cáscara vacía.
- En este sentido, la especie humana ha desarrollado corrientes de sabiduría que han destacado grandemente en ese aspecto. Uno de los rasgos más importantes del concepto oriental del mundo es la conciencia de la unidad e interrelación existente entre todas las cosas y sucesos. Todas las cosas son consideradas como partes inseparables de un conjunto cósmico. La realidad última indivisible que se manifiesta en todas las cosas recibe diferentes nombres: en el hinduismo se le llama Brahman, en el taoísmo, Tao. Los budistas lo llaman Talhala o “eseidad”.
- De acuerdo al hinduismo, el nivel más alto de la realidad se considera el domicilio absoluto de la Conciencia Total o Universal, fuente de la cual se originan los demás niveles. Amor e información / sabiduría es el constitutivo fundamental de esa Realidad última (corroborado unánimemente por todos aquéllos que han experimentado una ECM).
- Esa Realidad última, Conciencia universal o Absoluto/Dios es in-espacial, infinita, intemporal y fuera de ella nada puede existir. “Dios” está en todas las formas, sin ser ninguna de ellas.
- Los cuatro cuerpos. El cuerpo es la entidad que contiene la presencia de lo divino, es la viva personificación del espíritu. Tanto la Sabiduría perenne de la Humanidad como la nueva ciencia creen que los seres humanos poseen un cuerpo físico y otros cuerpos sutiles. El «alma» humana dispone de diversos cuerpos o filtros para interactuar con el mundo de la materia. Tales filtros determinan la propia experiencia, y el nivel de consciencia establece cómo y en qué porcentaje se utilizan. Los diversos cuerpos son: un cuerpo físico el más denso que se puede ver y tocar. En este cuerpo se experimentan las sensaciones. Para la mayoría de tradiciones espirituales el cuerpo es el “vehículo del alma”, un instrumento al servicio del Ser a través del cual este puede expresarse en la Tierra. Un cuerpo vital, relacionado con los procesos de vida particulares. En este cuerpo se experimentan las emociones que luego son reguladas por el cerebro medio. Un cuerpo mental del movimiento de la mente con diferentes formas individualizadas de actividad mental. En él se experimenta el razonamiento mental secuencial. A este cuerpo también se le llama “mente inferior”. El cuerpo mental es el más sutil de los cuatro cuerpos inferiores del ser humano y en él reside la identidad personal y el ego. Un cuerpo supramental que contiene los aspectos aprendidos de los movimientos de la mente. Esta es la raíz de la intuición. También es llamado “mente superior”, “cuerpo supramental” o “cerebro etéreo”. La Sabiduría perenne agrega un nuevo cuerpo o dimensión: cuerpo de Gracia y Gozo, hecho de alegría espiritual, éxtasis y felicidad.
- El problema más urgente que enfrentamos los humanos es cómo nos concebimos a nosotros mismos: ya sea como complejos cúmulos de materia guiados por las llamadas leyes ciegas e insensatas de la naturaleza, o como criaturas que, aunque físicas, también están imbuidas de algo más: conciencia, mente, voluntad, elección, propósito, dirección, significado y espiritualidad, esa cualidad difícil de definir que nos dice que estamos conectados con algo que trasciende nuestro yo individual y ego.
- En el nivel más básico, cada ser humano es también un paquete de energía pulsante interactuando constantemente con este vasto campo de energía que es el Universo. Podemos entender el alma como un paquete individualizado de energía con información. Los experimentos científicos sugieren que la conciencia es una sustancia fuera de los confines del cuerpo humano; una energía altamente ordenada y con la capacidad de cambiar la materia física. El poder de la mente sobre la materia parece atravesar el tiempo y el espacio.
- A lo largo de su vida, el ser humano cambia casi todos los átomos que componen su cuerpo. Éstos estuvieron antes en otros lugares, pero mientras permanece la estructura de información, “yo sigo siendo yo”. Este vacío cuántico, la energía sutil y la información que subyace a toda la “materia” en el Universo, no se originó con el Big Bang que produjo el Universo conocido, y no desaparecerá cuando las partículas creadas por la explosión vuelvan a la Fuente.
- Una intuición central de la filosofía perenne es que la conciencia más íntima del ser humano (supraconciencia) es idéntica a la realidad Absoluta y fundamental del universo. Teilhard de Chardin lo expresó de la siguiente manera: "No somos seres terrenales con experiencias espirituales, somos seres espirituales viviendo una experiencia terrenal."
- Desde el nuevo paradigma «post-materialista» y a partir de las más recientes investigaciones basadas en la «ciencia de la conciencia» y la física cuántica (desmontando la «creencia» materialista tan arraigada entre nosotros en los últimos siglos) se puede afirmar algo sorprendente y «revolucionario»: que cada uno de nosotros más que un cuerpo físico que tiene alma, espíritu, conciencia… en realidad somos «seres espirituales» encarnados en un cuerpo físico, «almas» encarnadas, «seres divinos» («conciencias divinas») viviendo una experiencia humana.
- Realmente los seres humanos somos conciencias divinas o almas dentro de una experiencia humana; no somos seres humanos viviendo una experiencia espiritual, sino seres divinos viviendo una experiencia humana. Por lo tanto, no somos un cuerpo con un espíritu, sino un espíritu usando un cuerpo, esencia divina inmortal en desarrollo, un alma perfecta creada por Dios.
- La conciencia individual (supraconciencia) no es humana, sino que usa lo humano; es tanto hija como hijo de Dios y va pasando a través de los reinos del Universo —mineral, vegetal, animal…— con el propósito de tomar la información del Absoluto que está implícita e impresa en cada reino. La Conciencia no es mineral, vegetal o animal; tampoco es humana, sino que es una chispa divina que usa cuerpos dentro de los cuales se sumerge para extraer información. El ser humano y el universo entero conforman, en su nivel más profundo, una unidad indisoluble que se manifiesta y expresa de infinitas maneras, siendo la Totalidad (Dios), una entidad mayor que la suma de sus partes. Cada uno de nosotros somos, pues, una pequeña porción de Dios, en ese sentido somos «divinos».
- La visión emergente actual considera al ser humano como un ser espiritual. Un ser espiritual que tiene una experiencia de aprendizaje en el mundo físico. La realidad más “real”, más significativa, del ser humano reside en el alma, que tiene existencia eterna. El alma pasa por una experiencia evolutiva y temporal en un cuerpo físico y en una personalidad individual, con el fin de adquirir comprensiones alineadas con la Verdad y el propósito del plan evolutivo universal.
- Según Annie Marquier , los seres humanos somos un alma que posee un instrumento. Este es lo que conocemos como la forma humana, que consta de un cuerpo físico-etéreo, de un sistema emocional y de un sistema mental. A este instrumento se le puede llamar “personalidad” o “ego”, y es lo que permite la expresión del alma en el mundo. Según Marquier, los seres humanos somos un alma que posee un instrumento. Este es lo que conocemos como la forma humana, que consta de un cuerpo físico-etéreo, de un sistema emocional y de un sistema mental. A este instrumento se le puede llamar “personalidad” o “ego”, y es lo que permite la expresión del alma/conciencia en el mundo.
- La personalidad de cualquier individuo aglutina todo un cúmulo de referencias a su persona, como son por ejemplo un nombre, un rostro, un cuerpo, una historia, unas raíces, un país de residencia, una función social, un oficio, unos lazos familiares y afectivos, unas creencias, unas ideologías, unas habilidades, unos gustos, etc., así como toda una serie de vivencias que han ido modelando un carácter, una forma de ser y una impronta muy particular que le identifica como un ser único e irrepetible.
- En cuanto al instrumento, todavía está en construcción. Aún no se ha alcanzado la meta de lo que generalmente se llama el proceso de «evolución personal». Dependiendo del nivel de conciencia, del grado de evolución de cada persona, es posible encontrar a muchos seres humanos que todavía se identifican con el ego, mientras que otros pocos han logrado identificarse con el Ser/Yo en diversos grados.
- El verdadero instinto básico del ser humano no es la simple supervivencia, sino la expresión de nuestra auténtica identidad. Y esa identidad es divina. Somos expresiones individuales de la divinidad, somos manifestaciones únicas de Dios en forma humana. Viktor E. Frankl sugiere que lo que hay de humano en el hombre es justamente esa distinción entre lo espiritual y lo meramente instintivo y añade que este se convierte en un auténtico ser humano cuando consigue dejar de actuar por impulsos y se hace responsable de su propia experiencia existencial. Cuando transita desde la «cultura del ego» a la «cultura del alma».
- ¿Cuál es, pues, el propósito fundamental de la vida humana? Somos seres espirituales encarnados en un cuerpo físico, que vienen a este mundo para vivir experiencias humanas con el objetivo fundamental de desarrollarnos espiritualmente. El propósito fundamental de nuestra vida es, pues, desarrollarnos humana, espiritualmente… para eso es la vida humana y todo lo que en ella acontece. En nuestra vida terrenal es la evolución del «alma» lo que de verdad importa.
- El objetivo del proceso de evolución personal, la meta de la existencia en este planeta es construir un instrumento —la personalidad, el ego— que sea totalmente flexible y receptivo a la energía y la voluntad del alma, de modo que sea posible manifestar su perfección de manera directa y concreta en este mundo. Cuando finalmente se llega a la meta, los tres cuerpos, físico, emocional y mental, serán una expresión directa de la perfección, la belleza, la inteligencia y el poder del alma. De hecho, serán una expresión de todas las nobles cualidades “divinas” del Yo.
- Principio de Libre Albedrío. Es nuestra más absoluta libertad para hacer o dejar de hacer cuanto deseemos. Se trata de un derecho inherente al Ser que permite que cada cual pueda asumir el protagonismo de su propia existencia. Está en nuestras manos tomar cada una de las decisiones que determinarán la dirección y el discurrir de nuestra vida, con nuestros aciertos y con nuestros errores. Solo nosotros, cada uno de nosotros, escribimos las páginas de nuestra historia.
- En este aspecto podemos diferenciar dos dinámicas diferentes dependiendo de si la consciencia se identifica con el ego o con el Ser/Yo. Estas dinámicas se van desarrollando según va evolucionando cada individuo. La presión del alma (la voz interna) se va intensificando, empujando a la persona a proseguir su búsqueda en la dirección por él escogida a través de todos los medios que encuentra a su disposición.
- La sabiduría perenne presenta al ser y a la conciencia en su camino evolutivo como una jerarquía que se mueve desde las esferas más bajas y densas, hasta las más sutiles y unitarias presentes en la gran cadena del ser.
- Para la filosofía perenne la realidad manifiesta está compuesta de niveles o grados diferentes, desde los más bajos, densos e inconscientes hasta los más elevados, sutiles y conscientes. En uno de los extremos de este continuo del ser «la materia», lo insensible o lo inconsciente y, en el otro, «el Espíritu», «la Divinidad» o lo «Supraconsciente» (el Fundamento que impregna la totalidad del proceso). En este sentido, el Espíritu es la cúspide, el peldaño superior de la escalera de la evolución. El Espíritu es la esencia de todas y cada una de las cosas que existen. Aunque la Tierra (o incluso el universo) se desvaneciese, el Espíritu, no obstante, permanecería.
- También la «conciencia» humana, se encuentra en permanente evolución. La Gran cadena del ser distingue distintos niveles de existencia. Presenta al ser y a la conciencia como una jerarquía que se mueve desde las esferas más bajas y densas, hasta las más sutiles y unitarias presentes en la gran cadena del ser. Los diferentes niveles de la conciencia humana recorren su progresiva evolución desde el nivel más bajo hasta el más alto (desde la fase de barbarie hasta la fase de civilización actual).
- En la actualidad la evolución de la conciencia transita desde una conciencia que es materialista, consumista, preocupada por el éxito, la imagen y el estatus, es decir, orientada al crecimiento básicamente materialista, hasta la etapa consensual del igualitarismo y la orientación hacia los sentimientos, la autenticidad, la solidaridad, la generosidad, dentro de la comunidad, yendo hacia la etapa ecológica centrada en la naturaleza, el cooperativismo, las realidades múltiples y el conocimiento.
- El propósito de la experiencia humana es evolucionar, realizar nuestro propio desarrollo de la conciencia para llenarnos de sabiduría y amor. Todos, absolutamente todos sin excepción, hemos venido a este mundo a trabajar en nuestro desarrollo espiritual, compartiendo y participando en experiencias con otros seres humanos. La vida es un formidable proceso pedagógico del Universo; la Tierra es nuestro “colegio espiritual”.
- Desde el nuevo paradigma epistemológico se piensa que la Tierra, el planeta Tierra, lo podemos considerar como una escuela de almas, Ya que con los datos astronómicos que tenemos es lógico suponer que habrá otros planetas por el universo que probablemente también sean metafóricamente una especie de escuelas de almas. O sea, que lo que llamamos vida física en este y en otros posibles “lugares” son escuelas pedagógicas para el desarrollo del alma.
- Y también metafóricamente, ¿cuáles son las asignaturas que tenemos que aprobar? Podemos considerar los diversos niveles de consciencia como las asignaturas que el alma tiene que aprender de alguna manera o para a través de ellos a través de ellos desarrollarse. Entonces, tenemos que darnos cuenta que nosotros estamos aquí para desarrollar nuestro nivel de consciencia.
- Tanto el ser humano como todo lo que sucede en el Universo funciona, se origina y se crea a partir de una "información". Y evolucionar supone adquirir información que aún no se posee. La evolución es, pues, el desarrollo de la conciencia a través de la experiencia de la personalidad, y ésta es la que puede transformar una creencia en verdad después de verificarla, o bien desecharla si verifica que no es cierta: esto se llama "comprensión", y son esas "comprensiones" (vividas, verificadas personalmente) lo que la conciencia asimila y guarda en su archio.
- El fundamental y definitivo propósito que subyace en lo más profundo de nuestro inconsciente espiritual es el causante de una permanente sensación de insatisfacción o vacío que tratamos de llenar de mil maneras distintas. Hasta que no descubramos cuál es ese destino último y nos dirijamos hacia él con pleno convencimiento, determinación y de manera consciente, jamás conseguiremos llenar ese vacío que nos acompaña a todas partes vayamos donde vayamos y hagamos lo que hagamos. Este Sentido Último es la respuesta al por qué y al para qué de nuestra presencia en el mundo.
- La conciencia se desarrolla a través de los ciclos de vida y muerte. El ciclo de la vida es la parte activa del proceso, donde se viven las experiencias de aprendizaje desde la inocencia —falta de información— pasando por la ignorancia —información falsa en la mente, creencias, cuando uno “cree que sabe”— y hasta llegar a la sabiduría —es decir, la información de la verdad o comprensión—. Por su parte, el ciclo de muerte representa la parte pasiva del proceso, en la que se evalúan los desarrollos de la conciencia que se han alcanzado, se recupera la energía y se renuevan todos los procesos para el próximo ciclo de vida (reencarnación).
- Nada de lo que pueda sucedernos en la vida es producto del azar. Y puesto que todo es consecuencia de algo, parece justo y necesario que deba producirse una larga sucesión de vidas que permitan ir corrigiendo y compensando los desequilibrios del pasado para que, de este modo, mientras perdure la vida terrena, podamos seguir con nuestro camino más ligeros de equipaje.
- El desarrollo espiritual es un trabajo interno, absolutamente individual y personal; nadie puede hacerlo por otro, pero tampoco puede llevarse a cabo sin los demás.
- Los niveles de consciencia metafóricamente serían como asignaturas fundamentales para el desarrollo del alma en las escuelas planetarias en su camino evolutivo. Estos niveles determinan aspectos cruciales de la vida y la función cerebral. Las almas nacen con un nivel de consciencia particular. La felicidad se correlaciona directamente con el nivel de consciencia, siendo su elevación clave para una vida plena y una mayor vibración energética. La pureza de intención, no la brillantez intelectual, es el factor determinante. El camino para ascender de nivel implica la trascendencia del ego y la aceptación de la voluntad divina.
- El alma de las personas desde el momento del nacimiento ya viene con un nivel de consciencia determinado. Se ha investigado que desde el momento del nacimiento, el alma de una persona tiene un nivel de consciencia distinto de otras almas que también nacen, A diferencia del cociente intelectual, el nivel individual de consciencia, ya existe desde el nacimiento, y puede crecer como consecuencia de factores favorables, tales como el trabajo individual consciente y la influencia de maestros espirituales. La importancia del cociente intelectual se puede ver ensombrecida por los avances en el nivel de consciencia, que a su vez refleja las tendencias heredadas, la intención voluntaria y las distintas elecciones.
- Cada alma nace con un nivel de conciencia distinto. ¿Qué significa que cada alma venga con un nivel de consciencia distinto? Especulando un poco, es posible que Dios cree el alma en distintos niveles de información y de sabiduría y luego cada alma individual tenga la oportunidad de seguir creciendo en las sucesivas encarnaciones que realice. O quizás mejor, es posible que Dios cree las almas inocentes sin información y que éstas vayan cogiendo información a lo largo de una serie de experiencias que pueden darse en estas dimensiones o en otras a lo largo del tiempo, para ir evolucionando y progresando desde lo animalístico hasta lo angélico, pues en eso consiste la evolución de la consciencia, de las almas. En eso quizás consiste realmente la “salvación”, en ir evolucionando y perfeccionándose a través de los niveles de consciencia que ya existían antes de que existiera el ser humano. A través del ascenso progresivo por cada uno de estos niveles de consciencia de cada criatura de alguna manera tienen que ir perfeccionándose y progresando a través de ellos. En resumen, el alma viene con un nivel de consciencia ya previo que va perfeccionando, puliendo, a través de las sucesivas experiencias que va realizando en las distintas dimensiones que va recorriendo a lo largo de su periplo existencial.
- Todo lo que para nosotros represente alguna dificultad es una oportunidad para el aprendizaje, para la adquisición de sabiduría. En cada circunstancia que se nos presente podemos preguntarnos qué nos quiere enseñar la vida en cada situación, ya que como se ha indicado todas constituyen un aprendizaje para transmutar la ignorancia en sabiduría. Cada nivel de consciencia para progresar requiere los procesos de aprendizaje específicos para ese nivel.
- En el archivo de la conciencia se almacenan todos los aprendizajes relevantes y las comprensiones/sabiduría que hemos ido atesorando a lo largo de nuestro periplo existencial. En la conciencia (supraconciencia) no penetran creencias, sino que es un archivo diseñado para asimilar única y exclusivamente verdades verificadas y experimentadas dentro de la experiencia de la forma. Podemos entender la "conciencia" como un archivo de información que asimila las verdades del Universo y las acumula de una forma permanente e inmortal. La conciencia es, pues, un archivo eterno e incontaminable.
- La información que puede almacenar la "conciencia" es billones de veces mayor que la que es capaz de almacenar la "personalidad" (yo superficial o ego). La evolución se produce a través de las "formas", pero no es la "forma" la que evoluciona, sino la conciencia dentro de ella.
- Podemos percibir la evolución que tiene cada individuo dependiendo de su inclinación o interés por el desarrollo espiritual, pues es necesario un cierto desarrollo (desarrollo/madurez espiriual) para que la información de amor resuene en nosros y sea de nuesro interés.
- Existen diversos niveles evolutivos de consciencia... Los niveles de conciencia percibidos por el ser humano son solamente una parte del espectro de la Conciencia Total o Universal. Los niveles de consciencia son niveles de evolución de la conciencia/alma... En función del nivel evolutivo que tenemos cada uno nos situamos en uno u otro nivel... Cuanto mayor es el nivel de consciencia, mayor es la capacidad de discernir lo fundamental de lo accesorio y orientarse hacia una vida más plena.
- Especifiquemos un poco más esas dimensiones o niveles evolutivos:
- La Primera dimensión es una frecuencia muy elemental, pero de inmenso valor, ya que se corresponde con las estructuras básicas y los soportes vitales necesarios a partir de los cuales pueden surgir nuevas formas de vida más complejas. La Primera dimensión o nivel de conciencia es la encargada de convertir la energía en materia. Es la dimensión del reino mineral y la frecuencia primaria en la que vibran los átomos y las moléculas de los cuerpos inertes. Los tradicionales cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego pertenecen a esta Primera dimensión de conciencia.
- La Segunda dimensión de conciencia es la frecuencia de los reinos vegetal y animal. El paso de Primera a Segunda dimensión es probablemente el salto evolutivo más importante, pues se calcula que hace unos 3.000 millones de años surgió el “milagro” y apareció el primer organismo vivo de nuestro planeta; la célula. Al cabo de unos pocos milenios, esas primitivas células procariotas de escaso material genético se convirtieron en células eucariotas más sofisticadas, con mayor carga genética y con una organización a nivel pluricelular que dio lugar a la creación de una inabarcable diversidad de especies vegetales y animales. A esta Segunda dimensión de conciencia pertenece el inconsciente colectivo de las especies, una conciencia subyacente que las mantiene unidas a través de una fuerte identidad biológica. Esta identidad es la que permite que todos los ejemplares de una misma especie puedan reconocerse y cumplir con sus funciones reproductoras, así como seguir sus particulares instintos en cuanto a los métodos de protección, subsistencia, migración, etc. Los seres que vibran en la Segunda dimensión de conciencia viven sometidos a sus instintos. Apenas existe la posibilidad de elección. Este incipiente margen de actuación es la brecha que permitirá que los seres de este reino puedan ir evolucionando poco a poco hacia especies más perfeccionadas, hasta conseguir finalmente trascenderlo.
- La Tercera dimensión de conciencia es la frecuencia vibratoria que ha estado sintonizando la humanidad a lo largo de toda la historia hasta el momento presente. Es la dimensión en la que se produce la pérdida del sentido grupal tan característico de la Segunda dimensión y da comienzo lo que se conoce por la "fragmentación". Esto significa que a pesar de que un ser de Tercera dimensión suela seguir viviendo rodeado de otros seres, es decir, en sociedad; cada individuo desarrolla su propia identidad personal. Es el nacimiento del ego y la personalidad. Es la frecuencia en la que nos hacemos conscientes de nosotros mismos, pero a su vez, es en la que nos sentimos más alejados los unos de los otros y en la que estamos más separados del Todo que nunca. El miedo, la desconfianza, la aversión, la intolerancia y una clara tendencia hacia la dominación, el control, el poder y la posesión, son solo algunos indicadores que nos muestran que un individuo, grupo o sociedad continúa instalado en la Tercera dimensión de conciencia. Aquí se nos presentan los mayores retos de crecimiento y evolución, porque es donde da comienzo la ardua tarea de integración consciente hacia el Ser Único.
- Es en la Cuarta dimensión cuando se percibe con claridad el concepto de reciprocidad. Aquí nos hacemos conscientes de que cada uno de nuestros actos repercute de manera directa o indirecta en la sociedad y que, por consiguiente, afecta a la vida de los demás. En Cuarta dimensión de conciencia decidimos asumir una responsabilidad mayor, pues nos damos cuenta de que toda implicación es necesaria si lo que se pretende es que el cambio colectivo llegue a materializarse. Ésta es la conciencia que moviliza a todo aquél que lucha por imponer la justicia y la igualdad entre los hombres, erradicar la pobreza, atender al necesitado, proteger el medioambiente y tratar de hacer en definitiva de este mundo un lugar mejor. Es la dimensión en la que comenzamos a regresar a una conciencia de integración grupal, aunque sin perder de vista la identidad personal. En la actualidad son muchos los seres de este planeta que ya tienen bien consolidada su expansión de conciencia a Cuarta dimensión y viven por tanto sus vidas de una manera mucho más consciente, responsable y solidaria.
- Para algunos el desarrollo espiritual o evolución conciencial pasa necesariamente por tener que aniquilar aquello que tradicionalmente se ha considerado como el mayor de los obstáculos: el ego. Pero si estamos dotados de un ego por algo será, alguna utilidad debe de tener. El ego forma parte del vehículo psicofísico y emocional que ocupamos en esta octava evolutiva y, por consiguiente, este debe de poder estar a nuestro servicio y no al revés. Del mismo modo que tenemos un cuerpo físico que nos permite vivir esta experiencia, el ego también cumple su función. Al ego finalmente habrá que trascenderlo. Al ego simplemente hay que observarlo y conocerlo, porque es a través del ego que podemos experimentar este largo viaje de la oscuridad a la luz. Nos valemos del ego para desenvolvernos en un mundo en el que dada la aparente separación que todavía prevalece se nos presenta como hostil. Y es que vivimos en sociedades en las que sigue imponiéndose la rivalidad frente al compañerismo y la acumulación frente a la solidaridad. Así que mientras tengamos aprendizajes por delante, el ego será un compañero inseparable con el que tendremos que aprender a convivir, por lo menos hasta que llegue un tiempo en el que sean mayoría quienes ven a su vecino como a un hermano en lugar de como a un rival, y ya no tengamos que estar constantemente a la defensiva. Solo entonces la función del ego empezará a dejar de ser necesaria y este irá perdiendo fuerza por sí solo hasta desaparecer. En cualquier caso, por ahora, mientras seamos capaces de detectar cuando es el ego el que habla y cuando es nuestro Ser quien lo hace, no tenemos de qué preocuparnos porque siempre podremos elegir.
- En estos albores del siglo XXI se está produciendo un nuevo despertar global a Cuarta dimensión de conciencia como nueva realidad. Pero tal y como hemos visto en las anteriores transiciones dimensionales, ésta también se irá implementando de manera gradual y progresiva. Hasta que no se alcance una determinada masa crítica de conciencias vibrando a frecuencias de Cuarta dimensión, la nueva realidad seguirá conviviendo con la antigua y los nuevos patrones de organización seguirán estando condicionados por los viejos esquemas y códigos de conducta. Sin embargo, cada vez son más las personas que sienten la necesidad de buscar respuestas que aporten un mayor significado a su experiencia existencial, que desean comprender un poco mejor su realidad personal y que se plantean seriamente cuál debería ser su rol en la sociedad. Este inconformismo respecto a lo que por tanto tiempo lleva establecido como modelo organizativo inamovible, pero que en la actualidad se percibe como obsoleto, es el origen de un cambio vibracional a gran escala cuyos efectos tarde o temprano acabarán por provocar el desmoronamiento de las antiguas estructuras de poder y dará paso a unos modelos socioeconómicos más justos y equitativos.
- Como hemos indicado anteriormente cada conciencia/alma es una "chispa" divina, que participa de la conciencia Toal, Uniersal. La identidad del ser humano en los niveles descendentes de conciencia es cada vez más restringida, viene desde el universo hasta el organismo, desde el organismo a la psique, y desde la psique a una faceta de la psique llamada persona. Epistemológicamente a cada nivel de conciencia, como se verá más adelane, corresponde un modo de conocimiento de la realidad diferente.
- Nuestra conciencia se encuentra actualmente dentro de la forma humana porque necesita tomar información de esta experiencia a través de la "personalidad". El reino de los centauros incluye hasta el tercer nivel de consciencia, y se caracteriza por un comportamiento de dualidad entre animal y humano. El reino de los seres humanos propiamente dicho comienza en el cuarto nivel.
- Cada uno de los niveles evolutivos de la Conciencia se asocia a una determinada frecuencia vibratoria y el ascenso al siguiente nivel supone un considerable aumento de la frecuencia vibratoria con respecto al nivel inmediatamente inferior. Esto implica también una mayor cantidad de información de verdad acumulada en la conciencia del individuo, y coincide exactamente con el tipo de experiencias de vida que corresponde vivir a cada persona en el lugar y nivel en el que se encuentre.
- Los niveles evolutivos se miden en nuestro interior según el nivel de desarrollo de nuestra consciencia. En el archivo de consciencia existe inocencia —ausencia de información— y sabiduría o pureza —información de la verdad codificada a través de la verificación—, pero no ignorancia.
- Los niveles de consciencia se corresponden con los diferentes niveles de acumulación de la verdad en el archivo de consciencia: si la acumulación es escasa, se trata del primer nivel; si es media, será el tercer o cuarto nivel; y si el archivo está casi totalmente lleno de verdad, nos encontramos en el séptimo nivel. La información de sabiduría que se acumula en la conciencia conforma, pues, los niveles de consciencia.
- Es importante resaltar la gran limitación de comprensión que se da en los niveles inferiores de consciencia. Por ejemplo, ser “agradable” parece normal para las personas por encima de cierto nivel, mientras que por debajo de él podría ser considerado como una debilidad, casi un insulto.
- No es posible ascender de nivel de consciencia mientras no se haya comprendido lo que el presente nivel en el que uno se encuentra enseña.
- Es cierto que elevando nuestro nivel de consciencia vamos descubiendo, vislumbrando, oteando, entreviendo, desplegando una nueva visión de la realidad y del sentido de nuestra propia existencia... La nueva atalaya conquistada nos proporciona una panorámica más amplia y completa de la todo cuanto existe y acontece... Desde esa nueva perspectiva más elevada, desde cada nivel de consciencia, se tiene una visión diferente de lo que es real y lo que es de importancia prioritaria. Cada nivel tiene sus propios ideales y percepción de los valores importantes. Los niveles de consciencia no guardan relación directa con el cociente intelectual sino, más bien, con la capacidad de distinguir “la esencia” de la “apariencia”.
- Desde un nivel de conciencia elevado se comprende quetodo lo que ocurre es perfecto y necesario para la evolución de las almas; de lo contrario, no ocurriría, porque la inteligencia del Universo que causa la manifestación de todo cuanto existe es muy eficiente, y no comete errores ni malgasta energía inutilmente.
- Las situaciones/experiencias que nos corresponde vivir en este plano terrenal siempre nos son facilitadas, y las que no nos corresponde realizar son aquéllas que, por más que queramos, no se dan. Contamos siempre con lo necesario para cumplir nuestro destino, no con lo que nosotros deseamos o queremos sino con lo que nos conviene para la adecuada evolución de nuestras almas..
- Las situaciones que la vida presenta a una persona son las que le corresponden a esa persona y no a otra; no es posible que cada uno se compare con ninguna otra persona, porque las enseñanzas son individuales. De modo que, ante una tarea que nos corresponde realizar, tenemos dos posibilidades: llevarla a cabo ahora o aplazarla para después (quizás en “otra vida”), pero no existe la posibilidad de evitarla.
- El nivel de consciencia determina de una manera muy profunda todos los aspectos principales de nuestra vida. Nuestro nivel de consciencia determina profundamente nuestra vida: nuestras actitudes, nuestros comportamientos, incluso el tipo de tentaciones que vamos teniendo dependen de nuestro nivel de consciencia.
- El potencial humano aumenta a medida que se asciende a los niveles superiores, y la felicidad correlaciona con esos niveles A medida que vamos subiendo de nivel de consciencia, nos hacemos más angélicos y menos animalistas, o menos egoicos y agresivos y más amorosos. Cuando los niveles de conciencia son bajos, el alma está menos desarrollada, tiene menos información, por así decirlo, y entonces el comportamiento de esas personas es mucho más negativo y reactivo que bondadoso y amoroso.
- El crecimiento espiritual consiste en una pérdida sucesiva de ego, que se traduce en un cambio en la experiencia psíquica interna, más que en un control de la conducta externa. El desarrollo completo de la conciencia no se consigue a lo largo de una vida, sino que viene de atrás, de miles de años de experiencias y continuará tras nuestra vida actual (sucesivas vidas).
- Cuando la conciencia entra por primera vez en el campo humano se encuentra en el primer nivel de desarrollo y está prácticamente vacía de información humana; es decir, es inocente. Las personas iniciamos el camino de la evolución en estado de inocencia, y al final del recorrido nuestra conciencia estará totalmente desarrollada. Este paso por la experiencia humana dura, aproximadamente, 40.000 años; pero antes de esto la conciencia, en ascenso por todos los “pisos” del Universo, ya adquirió información de los reinos mineral, vegetal y animal, a lo largo de un proceso que dura miles de años. Nuestra conciencia posee una capacidad muy amplia para archivar información, y por eso los Maestros de Sabiduría afirman que se pueden requerir aproximadamente mil personalidades para completar la información humana en la conciencia. Hablamos de 40.000 años de experiencias vividas, si bien no cronológicos, porque éstos no cuentan entre vidas. Es posible, para que se entienda mejor, establecer la comparación con un curso académico: el tiempo que estamos de vacaciones no computa académicamente, para ello sólo cuenta el periodo de docencia y de exámenes.
- Los grandes maestros de sabiduría aseguran que quien sea capaz de sumergirse en un estado de percepción consciente lo suficientemente profundo como para sentirse completamente integrado en un Todo perfectamente armonizado, comprenderá entonces que no existe separación alguna entre él y el resto de la Creación. Esto significa que desde el más insignificante granito de arena que forma parte de la tierra que nos sustenta, hasta la más extraña y variopinta de las criaturas que pueblan nuestro planeta, absolutamente todo proviene de una misma Fuente Universal, cuya esencia se halla en el corazón de cada partícula, de cada molécula y de cada célula, siendo únicamente el amplísimo espectro de gradación conciencial lo que en apariencia nos distingue a unos y a otros.
- Se sabe que tras la muerte el alma sigue purificándose y creciendo espiritualmente. Muchos estudiosos están de acuerdo en que después de la muerte el alma sigue evolucionando que, tras la muerte, el alma sigue recorriendo y evolucionando por esos distintos niveles. Tras la muerte del cuerpo físico el alma se deshace del ego y la personalidad para ascender a niveles superiores de existencia. Con lo cual conviene no olvidar que todos estamos aquí para progresar en nuestra evolución espiritual para así ir aumentando nuestro nivel de conciencia de acuerdo con esos niveles que ya están preestablecidos de alguna manera desde siempre.
- ¿Cuál es, pues, nuestro camino evolutivo? K. WILBER lo resume así en LA GRAN CADENA DEL SER Una de las nociones fundamentales de la filosofía perenne es la de la Gran Cadena del Ser - ver aquí -. La idea, en sí misma, es bastante sencilla. Desde el punto de vista de la filosofía perenne, la realidad no es unidimensional, no es una substancia chata y uniforme que se extienda de un modo monótono ante nuestros ojos sino que, por el contrario, se halla estructurada en dimensiones diferentes pero continuas. La realidad manifiesta, dicho de otro modo, está compuesta de niveles o grados diferentes, desde los más bajos, densos e inconscientes hasta los más elevados, sutiles y conscientes. En uno de los extremos de este continuo del ser –o espectro de conciencia–, se halla lo que Occidente denomina «la materia», lo insensible o lo inconsciente y, en el otro, «el Espíritu», «la Divinidad» o lo «Supraconsciente» (el Fundamento que impregna la totalidad del proceso). Entre esos dos extremos, se extienden las otras dimensiones del ser, dispuestas en distintos grados de realidad. Algunas de las descripciones de la Gran Cadena nos hablan de tres grandes niveles (materia, mente y Espíritu); otras, de cinco (materia, cuerpo, mente, alma y Espíritu); otras nos brindan clasificaciones más exhaustivas, y otras, por último –como ocurre con ciertos sistemas yóguicos, por ejemplo–, se refieren literalmente a decenas de dimensiones discretas pero continuas.
La afirmación fundamental de la sabiduria perenne es que los hombres y las mujeres pueden crecer y desarrollarse (evolucionar) a través de toda la jerarquía de la gran cadena del Ser hasta llegar al Espíritu, donde tiene lugar la realización de la «identidad suprema» con la Divinidad, el «ens perfectissimus» al que aspira todo crecimiento y evolución humana.
A. Indagando sobre el fundamento de la realidad
B. La indagación científica
C. Papel de la «Conciencia»
D. Dimensiones o planos de la realidad
E. Quiénes somos los humanos: somos una “chispa” divina
F. El propósito de nuestra existencia: evolucionar / la evolución del alma
G. Los niveles evolutivos humanos: niveles de consciencia...
Nivel de |
Experiencia humana personal |
7 Séptimo nivel |
Logro de la inmortalidad y fin de las experiencias dentro de la forma humana |
6 Sexto nivel |
Liberación de la dependencia de la materia para poder evolucionar |
5 Quinto nivel |
Convivencia pacífica y armónica con el orden del Universo |
4 Cuarto nivel |
Aprendizaje para liberarse del conflicto por la subsistencia |
3 Tercer nivel |
Enfrentamiento para sobrevivir económicamente, compitiendo contra los demás |
2 Segundo nivel |
Disputa por el poder dentro de la ley del más fuerte |
1 Primer nivel |
Enfrentamiento desde el instinto para subsistir dentro de la ley de selección natural |
H. Oteando un nuevo sentido de la realidad
Ese es tu horizonte y tu camino...
Elaboración a partir de materiales diversos
Ver también:
La gran cadena del ser: de bestias a dioses
Cuerpo - mente - consciencia - conciencia
La conciencia, dimensión sublime del ser humano
La «Conciencia», vista actualmente por la ciencia
Per a «construir» junts...
«És detestable aquest afany que tenen els qui, sabent alguna cosa, no procuren compartir aquests coneixements».
(Miguel d'Unamuno, escriptor i filosof espanyol)
Si el que aquí se t‘ofereix ho trobes interessant…
No t’ho guardis per a tu sol…
Les teves mans també són necessàries...
comparteix-ho, passa-ho...
Junts podem contribuir a ampliar la consciència «global»
Para «construir» juntos...
«Es detestable ese afán que tienen quienes, sabiendo algo, no procuran compartir esos conocimientos».
(Miguel de Unamuno, escritor y filósofo español)

