titulo de la web

Tener o ser en la experiencia cotidiana (3):
LA FE, EL AMOR

Anterior

LA FE

En un sentido religioso, político o personal, el concepto de la fe puede tener dos significados totalmente distintos, si ésta se aplica en el modo de tener, o en el modo de ser.

En el modo de tener, la fe es la posesión de una respuesta de la que no se tiene una prueba racional. Consiste en fórmulas creadas por otros, que el individuo acepta porque se somete a los otros, generalmente a una burocracia.  Esto ofrece un sentimiento de certidumbre debido al poder real (o sólo imaginario) de la burocracia. Es un boleto de entrada para poder reunirse con un numeroso grupo humano. Alivia al individuo de la pesada tarea de pensar por sí mismo y de tomar decisiones.  Así nos convertimos en uno de los beati possidentes, los felices propietarios de la fe verdadera.  En el modo de tener, la fe brinda certidumbre; pretende ofrecer un conocimiento último, final, que es creíble porque parece muy firme el poder de los que proclaman y protegen la fe.  Desde luego, ¿por qué no aceptar la certidumbre, si sólo requiere renunciar a la propia independencia?

Dios, originalmente el símbolo del valor más elevado que podemos experimentar dentro de nosotros, se convierte, en el modo de tener, en un ídolo.  Según el concepto de los profetas, un ídolo es una cosa que hacemos nosotros y en la que proyectamos nuestros poderes, y que por ello nos empobrece.  Nos sometemos a nuestra creación, y con nuestra sumisión nos ponemos en contacto con nosotros mismos en una forma enajenada.  Puedo tener un ídolo porque es una cosa, pero al someterme a éste, simultáneamente él me posee.  Después de que Dios se convierte en un ídolo, las supuestas cualidades divinas tienen muy poca relación con mi experiencia personal, como sucede con las doctrinas políticas enajenadas.  El ídolo puede ser proclamado Señor de la Misericordia; pero cualquier crueldad puede someterse en su nombre, así como la fe enajenada en la solidaridad humana justifica cometer los actos más inhumanos.  En el modo de tener, la fe es un apoyo para los que desean estar seguros, para los que desean una respuesta a la vida y no se atreven a buscarla ellos mismos.

En el modo de ser, la fe constituye un fenómeno totalmente distinto. ¿Podemos vivir sin la fe? ¿No debe tener fe el niño de pecho en los senos maternos? ¿No debemos tener fe en otros seres, en los que amamos y en nosotros mismos? ¿Podemos vivir sin tener fe en la validez de las normas de nuestra vida?  En realidad, sin fe nos volvernos estériles, perdemos toda esperanza y le tememos a la esencia misma de nuestro ser.

La fe no consiste tanto en creer en ciertas ideas o ciertos dogmas, sino más bien en una orientación interior, en una actitud positiva ante el sentido último de la existencia.

En el modo de ser, la fe no consiste, en primer término, en creer en ciertas ideas (aunque también puede serlo), sino en una orientación interior, en una actitud. Mejor sería decir que se está en la fe y no que se tiene fe. (La distinción teológico entre la fe que es creencia -fieles quae creditur- y la fe como creencia -fides qua creditur- refleja una distinción similar entre el contenido y el acto de la fe.) Se puede estar en la fe hacia uno mismo y en los otros, y la persona religiosa puede estar en la fe en Dios. El Dios del Antiguo Testamento es, ante todo, una negación de los ídolos, de los dioses que podemos tener.  Aunque concebido como analogía con un rey oriental, el concepto de Dios se trasciende desde el mismo principio.  Dios no debe tener nombre, ni debemos hacer una imagen de Dios.

Más tarde, en el  desarrollo judío y cristiano, se intentó eliminar totalmente la idolatría a Dios, o luchar con el peligro de la idolatría postulando que ni aun las cualidades de Dios pueden formularse. O más radicalmente en el misticismo cristiano (desde el falso Dionisio Areopagita hasta el desconocido autor de The Cloud of Unknowing y el Maestro Eckhart) el concepto de Dios tiende a ser el del único, la "Divinidad" (la no-cosa), y así se unen los puntos de vista expresados en los Vedas y en el pensamiento neoplatónico. Esta fe en Dios se ve confirmada por la experiencia interior de las cualidades divinas que existen en uno mismo; es un proceso continuo, activo, de una creación de sí mismo, o como dice el Maestro Eckhart: de Cristo que eternamente renace en nosotros.

La fe en mí mismo, en los demás, en la humanidad, en nuestra capacidad de llegar a ser plenamente humanos, también implica certidumbre, pero basada en mi experiencia, y no en mi sumisión a una autoridad que impone una creencia dada. Es la certidumbre de una verdad que no puede demostrarse con una evidencia racionalmente concluyente; sin embargo es una verdad de la que estoy seguro debido a mi evidencia subjetiva, experiencias. (La palabra hebrea que designa fe es emunah "certidumbre"; amen significa "ciertamente".)

Aunque esté seguro de la integridad de un hombre, nunca podré demostrar su integridad hasta su último día; estrictamente hablando, si su integridad permanece inviolada hasta el momento de su muerte, ni aun esto excluye la idea positivista de que quizá habría podido haber manchado su integridad si hubiera vivido más tiempo. Mi certidumbre se basa en mi conocimiento profundo de los otros y en mi experiencia del amor y de la integridad. Este tipo de conocimiento sólo es posible en el grado en que pueda librarme de mi ego y ver a los otros hombres en su mismidad, reconocer la estructura de sus poderes, verlos en su individualidad y al mismo tiempo en su humanidad universal.   Entonces sabré lo que los otros pueden hacer, lo que no pueden hacer, y lo que no harán.   Desde luego, no quiero decir que yo pueda predecir toda su conducta futura, sino sólo las líneas generales de su conducta que están enraizadas en los rasgos básicos del carácter, como la integridad, la responsabilidad, etc. (Véase el capítulo "La fe como un rasgo de carácter" en Ética y psicoanálisis.)

Esta fe se basa en hechos; por consiguiente es racional; pero los hechos no pueden reconocerse ni "demostrarse" según el método de la psicología positivista convencional; yo, la persona viva, soy el único instrumento que puede "registrarlos".

 

EL AMOR

Amar también tiene dos significados, según se hable en el modo de tener o en el modo de ser.

¿Es posible tener amor?  Si se pudiera, el amor necesitaría ser una cosa, una sustancia susceptible de tenerla y poseerla.  La verdad es que no existe una cosa concreta llamada "amor".  "El amor" es una abstracción, quizá una diosa o un ser extraño aunque nadie ha visto a esa diosa.  En realidad, sólo existe el acto de amar, que es una actividad productiva.  Implica cuidar, conocer, responder, afirmar, gozar de una persona, de un árbol, de una pintura, de una idea.  Significa dar vida, aumentar su vitalidad. Es un proceso que se desarrolla y se intensifica a sí mismo.

Experimentar amor en el modo de tener implica encerrar, aprisionar o dominar al objeto "amado". Es sofocante, debilitador, mortal, no dador de vida. Lo que la gente llama amor la mayoría de las veces es un mal uso de la palabra, para ocultar que en realidad no ama.  Puede dudarse de que muchos padres amen a sus hijos.  Lloyd de Mause afirmó que durante los pasados dos milenios de historia occidental ha habido informes de crueldad para con los hijos, desde tortura física y psíquica, descuido, franca posesividad y sadismo tan terribles que puede creerse que los padres amantes son la excepción y no la regla.

Lo mismo puede afirmarse de los matrimonios. Ya sea que el matrimonio se base en el amor, como el matrimonio tradicional del pasado, o en la conveniencia social o en las costumbres, los esposos que verdaderamente se aman parecen ser la excepción. La conveniencia social, la costumbre, el interés económico mutuo, el interés compartido en los hijos, la dependencia mutua, o el odio o el temor mutuos se experimentan conscientemente como "amor", hasta el momento en que uno o ambos esposos reconocen que no se aman, y que nunca se han amado.  Hoy día se pueden observar  algunos  progresos  en  este  aspecto:  las  personas  se  han  vuelto  más realistas y sinceras, y muchas ya no creen que sentirse sexualmente atraído signifique  amar,  o   que  una  relación  amistosa,  aunque  distante,  sea  una manifestación del amor.  Este nuevo punto de vista ha impuesto mayor sinceridad, y también más frecuentes cambios de pareja.  Esto no necesariamente ha hecho que se ame con más frecuencia, y los esposos modernos pueden amarse tan poco como los antiguos.

El cambio de "rendirse al amor" a la ilusión de "tener" amor a menudo puede observarse en detalles concretos en la historia de las parejas que "se rinden al amor". (En El arte de amar he señalado que la palabra "rendirse" en la frase "rendirse al amor" es una contradicción.  Como amar es una actividad productiva. Sólo se puede estar enamorado o enamorarse; no es posible "rendirse" al amor, porque esto denota pasividad.)

"El amor es hijo de la libertad". Implica cuidar, conocer, responder, afirmar, gozar de una persona.... Significa dar vida, aumentar su vitalidad.

Durante el noviazgo nadie está seguro todavía de su pareja, pero cada uno trata de conquistar al otro.  Ambos son vitales, atractivos, interesantes, y hasta bellos, ya que la vitalidad embellece el rostro.   Ninguno tiene al otro; por consiguiente las energías de ambos están dirigidas a ser, es decir, a dar y a estimular al otro.  En el matrimonio, la situación con frecuencia cambia fundamentalmente.   El acta matrimonial  le  da  a  cada  esposo  la  posesión  exclusiva  del  cuerpo,  de  los sentimientos y de las atenciones del otro.   Ninguno de los dos debe conquistar, porque el amor se ha convertido en algo que se tiene, en una propiedad.   Los esposos dejan de esforzarse por ser amables y dar amor, por ello se aburren, y su belleza desaparece. Se sienten desilusionados y confundidos. ¿Ya no son las mismas personas? ¿Cometieron un error al casarse? Cada cónyuge generalmente busca en el otro la causa del cambio, y ambos se sienten defraudados, pero no advierten que ya no son los mismos que cuando se amaban; que el error de creer que se puede tener amor, ha hecho que dejen de amarse.  En vez de amarse, llegan a un acuerdo para compartir lo que tienen: el dinero, la posición social, la casa, los hijos.  Por ello, en algunos casos el matrimonio que se inicia con amor, se transforma en una asociación amistosa, en una empresa en la que dos egotismos se reúnen en uno solo: el de "la familia".

Cuando una pareja no puede sobreponerse al anhelo de renovar el antiguo sentimiento de amor, uno o ambos esposos puede tener la ilusión de que un nuevo compañero (o compañeros) calmará su deseo vehemente.  Creen que sólo desean tener amor; pero para ellos el amor no es una expresión de su ser; es una diosa a la que desean someterse. Necesariamente fracasan en el amor, porque "el amor es hijo de la libertad" (como dice una antigua canción francesa), y el culto a la diosa del amor llega a ser tan pasivo que causa aburrimiento, y él o ella pierden los restos de su antiguo atractivo.

En esta descripción no intentamos implicar que el matrimonio no puede ser la mejor solución para dos personas que se aman.  La dificultad no reside en el matrimonio, sino en la posesiva estructura existencias de los esposos y, en último análisis, de su sociedad.  Los partidarios de tan modernas formas de unión como el matrimonio en grupo, el cambio de pareja, el sexo en grupos, etc., hasta donde puedo advertir sólo tratan de evitar su dificultad de amar y aliviar el aburrimiento con estímulos siempre nuevos y tratan de tener "amantes", aunque no sean capaces de amar a nadie. (Véase el análisis de la distinción entre estímulos "activos" y "pasivos" en el Capítulo 10 de la Anatomía de la destructividad humana.)

E. FROMM: ¿ Tener o ser ? FCE

Ir al principio de la serie





Per a «construir» junts...
Són temps per a «construir» junts...
Tu també tens la teva tasca...
Les teves mans també són necessàries...

Si comparteixes els valors que aquí defenem...
Difon aquest lloc !!!
Contribuiràs a divulgar-los...
Para «construir» juntos...
Son tiempos para «construir» juntos...
Tú también tienes tu tarea...
Tus manos también son necesarias...

Si compartes los valores que aquí defendemos...
Difunde este sitio !!!
Contribuirás a divulgarlos...