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SOBRE EL AMOR

EL AMOR Y LA RESPUESTA DE LA FILOSOFÍA.

Los primeros en definir el amor y todo lo relacionado con él fueron los filósofos y poetas. Los griegos elaboraron teorías sobre los sentimientos. La civilización antigua se orientó en un principio hacia las ideas de Platón, y posteriormente se basó en la escuela estoica. En la Edad Media los referentes están constituidos por los árabes y por los escritos de Santo Tomás de Aquino, quien plantea que el amor y el odio son dos formas del deseo del apetito. El amor es el deseo de algo bueno, en cuanto bueno, y el odio un deseo de algo negativo, un rechazo de lo negativo en cuanto tal. Se observa la confusión entre el apetito, el deseo y los sentimientos, confusión que permanecerá hasta el siglo XV para reaparecer en el Renacimiento. En el siglo XVII destacaron la teoría de las pasiones, de Descartes y la de Spinoza. Éste elude el tema de los apetitos buscando una base emotiva a los sentimientos de amor y odio. Para él, el amor sería la alegría unida al conocimiento de su agente. Así, amar a una persona sería sencillamente estar alegre y tener conciencia, a la vez, de que la alegría nos llena de esa persona. De nuevo nos encontramos unidos el amor con sus consecuencias, llegando incluso a confundirse.

El amor en el siglo XIX, con el movimiento cultural que significa el Romanticismo, supone incluso llegar a la renuncia del ser. Época en que suicidios por amor….

EL AMOR ES UN FENÓMENO APRENDIDO

Un equipo interdisciplinar de científicos  - psicólogos, psiquiatras, sociólogos, antropólogos y educadores - ha sugerido en innumerables estudios e investigaciones que el amor es una respuesta aprendida. Al parecer, el hombre aprende a amar como una más de sus habilidades para aprender cosas en general, y se halla directamente relacionado con aquellas personas de su ambiente que le enseñan, así como con la clase, extensión y sofisticación de su cultura, estructura familiar, prácticas de cortejar, leyes matrimoniales, tabúes sexuales, et. Razón por la cual, varía respecto a las diferentes culturas. Por ejemplo, los hábitos y costumbres del amor en la sociedad de Bali son distintos a los que rigen en Nueva York: mientras que en bali el matrimonio es polígamo, en Nueva York es monógamo.

Casi todos nosotros continuamos comportándonos como si el amor no fuese algo que se aprende. Parece que estuviera adormecido en cada ser humano y, sencillamente, espera surgir en pleno florecimiento a partir de algún momento místico de clarividencia. Muchos aguardan este momento durante toda la vida. Se diría que rehusamos enfrentarnos con un hecho obvio: la mayoría de nosotros pasamos nuestra vida intentando encontrar el amor, intentando vivir en el amor muriendo sin haberlo descubierto realmente.

Existen personas que desprecian el amor, pensando en él como un concepto ingenuo y romántico de nuestra cultura. Otros se inclinan por la poesía y dicen que el amor es todo; que el amor es el canto del pájaro y el brillo de los ojos de una joven en una noche de verano….

EL AMOR Y LA CULTURA

Un niño recién nacido no sabe nada del amor. Está totalmente indefenso, ignorante de casi todo, dependiente y vulnerable….

La cultura y la sociedad, por tanto, tienen poder, si nosotros decidimos formar parte de ellas, para afectar a nuestros pensamientos, limitar nuestras relaciones, moldear nuestra conducta, enseñarnos su definición de ajuste y mostrarnos lo que quiere decir la palabra amor.

Por consiguiente, la forma en que cada uno aprende lo que es el amor será determinado, de alguna manera, por la cultura en la cual se eduque.

El amor recibido de la madreAsí, un niño al nacer, en primer lugar, es enseñado por sus padres, quienes a su vez han recibido la riqueza y el aprendizaje de sus familias. Cada miembro de la familia tiene su papel a la hora de enseñar al niño algo sobre el amor, y lo hacen en función de la forma en que se relacionan con él. Pero ningún miembro de la familia se propone deliberadamente enseñar amor al bebé. El niño aprende a responder a la emoción según la recibe.

Todos los elementos que ve en su familia él los repite, y los que le hacen daño los va a anular de su conducta. Así, si un niño ve en su familia que el afecto se expresa abiertamente, esta conducta se verá reforzada y él mismo tenderá a repetirlo siempre. El niño, sin pensarlo dos veces, verá a la madre, saltará a sus brazos y le dará un beso, que será bien recibido por ella. Igual hace con el padre, y éste le responderá con ternura, devolviéndole el beso. En este caso, el niño aprende que expresar emociones a hombres y mujeres es una cosa buena. Pero también puede obtener una respuesta distinta del padre. Quizá el niño salta espontáneamente al regazo del padre, que es una persona amorosa, pero que no expresa sus sentimientos. Le puede responder muy tiernamente al niño, pero alejándolo le dice: los hombres no se besan. Este padre le ha enseñado a su hijo que una expresión abierta de amor no se acepta en su ambiente.

En ocasiones, la familia y la cultura de una persona pueden entrar en conflicto. Continuemos con el ejemplo del beso para centrar esta afirmación. Un niño es educado en una familia cálida, efusiva, altamente emocional, con fuertes lazos  y relaciones personales, donde aprende a expresar abiertamente el amor. Pero posteriormente asistirá a un colegio y exteriorizará sus sentimientos. En ese momento puede encontrarse con un choque cultural. Quizá los niños pueden desaprobarlo y llamarle "mariquita"; o quizá sea rechazado por "pegajoso".

Tampoco hay que olvidar la diferente educación que recibimos con respecto al sexo. Si eres niña, ya traes contigo unas expectativas: eres buena, obediente, recatada… y si tu objetivo en la vida es formar un hogar y traer hijos al mundo. Si, por el contrario eres un niño, se valora en ti: la independencia, la audacia, el prestigio social y, en general, todo aquello que apoye la identidad personal, la autonomía y la afirmación de sí mismos.

Aunque en la actualidad las mujeres estamos luchando para llegar al menos a crecer como personas, nos es muy difícil la tarea de compaginar la relación y la intimidad con un estilo de vida independiente y profesional. En el intento de lograr esto nacen los problemas que posteriormente desarrollaremos.


Fuente: Fragmento de Como amamos nosotras las mujeres. Google e-Books


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