La educación en valores es un reto para todos

Maria Rosa Buxarrais, experta en valores y desarrollo moral

Doctora en pedagogía y licenciada en psicología por la Universidad de Barcelona. Es miembro del grupo de investigación en educación en valores y desarrollo moral (GREM) de la misma universidad. Ha sido Directora del Programa de Educación en Valores del Instituto de Ciencias de la Educación de la UB durante los últimos 10 años. Su experiencia se ha desarrollado en la formación del profesorado y en la docencia e investigación universitaria. Es autora de diferentes publicaciones de carácter nacional e internacional.

¿Qué es un valor?
Un valor es algo propio del ser humano, que hace que tengamos determinadas actitudes hacia la vida y nos comportemos de una manera concreta. Un valor constituye el motor y la guía de nuestra conducta y es un filtro para nuestras percepciones y concepciones del mundo.

¿La educación en valores es un reto para padres o educadores?
La educación en valores es un reto para todos, tanto para los educadores/as como para los padres y madres. Quizá lo es más para padres y madres, porque a nivel escolar hay propuestas varias, en cambio a nivel familiar, a parte de la dificultad de realizar esta tarea educativa por la falta de formación, cuesta encontrar guías o propuestas que nos faciliten el trabajo, para hacerlo de la mejor forma posible.

La ética y la moral no son materias teóricas. ¿Cómo se educa "moralmente"? ¿Cómo se transmite un valor?
Como decía Aranguren: ''la ética es la moral pensada y la moral, la moral vivida''. Los que se dedican a la Ética son los filósofos, que piensan sobre la moral de una sociedad, y la moral es cosa de todos. Educar moralmente supone optimizar una serie de dimensiones de la persona que la caracterizan de ser moral: autoconocimiento, autonomía y autorregulación, capacidad de diálogo, capacidad para transformar el entorno, comprensión crítica, empatía y perspectiva social, habilidades sociales y juicio moral. La cuestión es que para contribuir a la mejora de estas dimensiones hay que apostar por una metodología didáctica basada en la reflexión y el diálogo a partir de conflictos de valores. Hay tres formas de transmisión de valores: con la promoción del ejercicio o la práctica de los valores (proponiendo situaciones donde se vivan los valores), a partir de la observación de ''modelos'' o ''ejemplos" a imitar (que pueden ser los educadores/as o padres y madres) y a partir de la reflexión racional y autónoma sobre los valores (parándonos a pensar sobre nuestra matriz de valores y la forma de transformarla en conductas).

Educar moralmente supone optimitzar una serie de dimensiones de la persona que la caracterizan de ser moral: autoconocimiento, autonomía y autorregulación, capacidad de diálogo, capacidad para transformar el entorno, comprensión crítica, empatía y perspectiva social, habilidades sociales y juicio moral.

¿Hay algún ''modelo'', alguna guía pedagógica de educación moral?
Podríamos hablar de tres modelos a la hora de concebir la educación moral. Un modelo basado en valores absolutos, los cuales se tienen que inculcar y, por lo tanto, se tienen que establecer los mecanismos necesarios para conseguir esta inculcación. Un segundo modelo basado en valores relativos, que comporta una falta de trabajo pedagógico sobre los valores, porque cada uno tiene los que quiere. Y un tercero, que promueve la construcción autónoma y racional de los valores.

¿Es imprescindible la religión para diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal?
Lo que está bien y lo que está mal dependerá de muchas variables: de la sociedad, de la comunidad, del grupo de amigos, de la religión que profesamos, etc. Por lo tanto, la religión puede ser una guía más para poder hacer esta distinción, pero no la única.

La creciente competitividad del mercado y los constantes retos profesionales a los que estamos sometidos, ¿nos pueden llegar a deshumanizar?
La deshumanización será consecuencia de la falta de prácticas de valores éticos. Por lo tanto, no será tanto la creciente competitividad y los retos profesionales resultantes, sino si dejamos que la competitividad haga que perdamos de vista valores como el respeto, la solidaridad, la justicia, entre otros, y que, por tanto, vivamos una vida de espaldas a este tipo de valores éticos, haciendo que los contravalores sean prioritarios.

¿La educación en valores podría solucionar problemas sociales como la xenofobia, el racismo, la corrupción y, en general, los conflictos éticos y morales actuales?
La educación en valores más que solucionar problemas sociales, los puede prevenir. La xenofobia, el racismo, la corrupción y otros contravalores son el resultado de una falta de educación en valores éticos.

¿Los valores tienen edad de aprendizaje?
No podemos afirmar que los valores tengan edad, porque desde que nacemos aprendemos valores, el solo hecho de vivir o convivir facilita el aprendizaje de valores, experiencias cotidianas en los diferentes ámbitos de relación de los que disfrutamos. Sí, está comprobado que existen determinadas edades que facilitan más el aprendizaje de unas dimensiones morales, que van ligadas a unos valores más que otros. Así, hay ciertas pautas evolutivas que debemos tener presentes. Autores como Selman, Nucci, Kohlberg, entre otros, nos hablan de ello.

Está comprobado que existen determinadas edades que facilitan más el aprendizaje de unas dimensiones morales, que van ligadas a unos valores más que otros.

Los valores de los jóvenes actuales no son los mismos que antes... ¿Han cambiado con el tiempo? ¿No se han sabido transmitir de la misma forma? ¿Han caducado? ¿Qué ha pasado?
Una de las características más importantes de los valores es su dinamismo. Van cambiando a lo largo del tiempo y de los contextos. Lo que se valoraba hace unos años ahora ya no tiene valor, porque la sociedad también cambia y ofrece nuevas formas de "vida buena". Hablar de jóvenes como una categoría general no me parece correcto, porque de jóvenes hay de muchos tipos. De todos modos, me atrevo a afirmar que los jóvenes de hoy priorizan unos valores que hace unos años no eran prioritarios. No es cuestión de la forma de transmisión sino de la importancia que ha otorgado el contexto sociocultural actual. Pero también hay que notar que si antes determinadas formas de transmisión, como por ejemplo el autoritarismo, estaban permitidas, ahora están caducas. Una sociedad pluralista y democrática donde están presentes varios modelos de vida buena, donde las formas de relacionarse han cambiado, promueve otras formas de transmisión de valores basadas en el diálogo, el uso de la razón y el respeto.

Una sociedad pluralista y democrática donde están presentes varios modelos de vida buena, donde las formas de relacionarse han cambiado, promueve otras formas de transmisión de valores basadas en el diálogo, el uso de la razón y el respeto.

Hay jóvenes que han conservado los valores de sus padres. ¿Cómo conviven los jóvenes con valores con los jóvenes "sin valores"?
No hay jóvenes "sin valores" sino jóvenes con otro tipo de valores. Los jóvenes que conservan los valores de sus padres es porque consideran que estos valores transmitidos orientan sus vidas de forma que les conducen a la felicidad. Estos padres fueron modelos para sus hijos/as en cuestión de valores.

¿Qué papel tienen las nuevas tecnologías en la transmisión de valores?
Actualmente, las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) tienen un papel relevante, ahora mismo, en la transmisión de valores, en relación con el uso que se haga de ellas y la importancia que jueguen en la vida de los chicos y chicas. Se debe tener cuidado con esta cuestión, no dejarla en manos del azar sino hacer una tarea educativa para sensibilizar en este sentido.

¿La falta de valores entre los jóvenes influye en la complicada interacción de hoy en día entre profesores y alumnos? ¿Y entre hijos y padres?
No es la falta de valores la que influye en las dificultades de comunicación entre profesorado y alumnado y entre padres y madres e hijos e hijas, sino las diferencias que hay entre los mundos que los han visto nacer. Los adultos de hoy hemos nacido en un mundo muy diferente del que nacieron nuestros alumnos e hijos. Si no hacemos intentos de acercamiento entre las dos cosmovisiones –y nosotros los adultos, somos los primeros responsables- será muy difícil que haya una buena interacción entre todos nosotros.

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