titulo de la web

PORQUE CADA VIDA IMPORTA

Somos los ciudadanos quienes tenemos que elevar el listón moral de nuestra sociedad.

Para ello, es necesario que los ciudadanos tengan principios y valores bien arraigados por los que guiarse.

Hace falta urdir una mínima ética común que sirva de guía y orientación para el comportamiento cívico de los ciudadanos.

Resulta imposible dialogar con seriedad sin el reconocimiento de unos mínimos valores relevantes y comúnmente compartidos.

¿Acaso el respeto a la vida humana no debe estar entre los principios esenciales que toda colectividad debe incluir en su mínima ética común?

Todo lo relativo a las fuentes de la vida merece un inmenso respeto, pues, al entrar en contacto con ellas, tocamos fondo en la realidad que nos sostiene a todos.

Se propone, por si no estaba suficientemente claro, que en el art. 3 de la Declaración de los Derechos humanos se especifique: “Todo individuo tiene derecho a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, a la libertad..."

El proyecto que se presenta supone una frivolización de la vida humana en sus fases iniciales y por tanto un paso atrás en relación con la protección de la vida humana.

Se hace una interpretación angosta, restrictiva, del derecho a la vida.

Según el Tribunal Constitucional los derechos de la mujer no pueden tener primacía exclusiva y absoluta sobre la vida del que va a nacer.

La ampliación de derechos debería tener un objetivo claro: el reconocimiento del no nacido como sujeto de derechos y no la infravaloración de la vida humana en sus primeras fases de existencia.

Ponerse al lado de los que quieren primar la libertad en contra de la protección de la vida resulta muy de los tiempos modernos, pero escasamente progresista en perspectiva cultural y civilizatoria.

Es necesario extender la «cultura de la vida». Proteger al concebido y no nacido, como se cuida y se custodia a cualquier ser humano. En eso consiste realmente el verdadero “progresismo”.

EN DEFENSA DEL DERECHO A LA VIDA DEL NO NACIDO

Ver documento completo

Con esta ley se pretende suprimir el derecho a vivir de los que van a nacer.

La desprotección absoluta del nasciturus es incompatible con el derecho a la vida proclamado por la Constitución española.

Tribunal Constitucional español: «los derechos de la mujer no pueden tener primacía absoluta sobre la vida del nasciturus… ».

¿Qué tipo de sociedad estamos construyendo? ¿Sobre qué bases estamos fundamentando nuestro proyecto colectivo? ¿Acaso no debe estar el respeto a la vida humana entre los principios y valores esenciales que toda colectividad debe incluir en su mínima ética común compartida, por muy plural que ésta sea? ¿Resulta ilusionante un proyecto social que vilipendia de tal guisa la vida humana en sus primeras fases de desarrollo? Cada vez resulta más difícil identificarse con un proyecto social que menoscaba de tal manera uno de sus puntos neurálgicos: el derecho a la vida, base y fundamento de cualquier otro derecho. Frente al peligro de desafección y desvinculación a las que de forma natural nos conduce tal situación, hace falta construir entre todos, sobre nuevas bases, un nuevo proyecto social alternativo, de mayor amplitud de miras que el que nos propone, con sus paradójicamente retrógradas propuestas, la autodenominada izquierda progresista.

Que el gobierno no confunda al personal con un verborreico progresismo, presentando a los que se oponen a su proyecto y defienden un “auténtico progresismo” civilizatorio poco más que como una “reserva” troglodita. El gobierno en vez de aprovechar la ocasión para hacer pedagogía y poner en valor, aún mayor, el respeto debido a la vida humana, en cualquiera de las fases en que ésta se encuentre, opta por desprotegerla y legalizar comportamientos que en términos “culturales” más bien nos retrotraen a períodos civilizatorios más propios de las cavernas.

En la confrontación de intereses entre el polo de la libertad y la protección del derecho a la vida la opción está clara en todos los demás órdenes de nuestra vida, así se recoge en toda la jurisprudencia (según doctrina del Tribunal Constitucional español: «los derechos de la mujer no pueden tener primacía absoluta sobre la vida del nasciturus… »). Mujer, que no te confundan: estamos a tu lado y apostamos para que puedas ser realmente libre en tu decisión que respetamos, por eso reclamamos de los poderes públicos el máximo apoyo de todo tipo para quien se encuentre en tan difícil trance, a fin de que no se vea abocada irremediablemente al aborto como única alternativa.

El Gobierno acaba de aprobar hace unos días el Proyecto de Ley que pretende regular la interrupción voluntaria del embarazo. El Gobierno pretende así garantizar derechos, dar seguridad jurídica a las partes y equiparar el aborto al resto de prestaciones sanitarias. En él de entrada, más allá de la retórica verborrea con la que nos lo quiere envolver, tres principios quedan claros: Primero, se trata de un proyecto que se empeña en ofrecer seguridad jurídica a las partes implicadas pero es incapaz de garantizar y dar la protección jurídica necesaria a la parte más débil. El feto es absolutamente ninguneado: para el Gobierno, un cero a la izquierda; no tiene ningún derecho y queda legalmente desprotegido en sus primeras fases de desarrollo. Segundo, contraviene la legislación internacional en relación con el derecho a la vida y la obligación de los poderes públicos de protegerla y la sentencia del propio Tribunal constitucional español que declaraba al nasciturus como un bien jurídico a proteger. El nasciturus queda desprotegido, carente de un sistema objetivo de amparo frente a la mera voluntad de la madre de poner fin al embarazo mediante el aborto. El propio Consejo de Estado en su informe advertía que la información que se proporcione a la mujer que se propone abortar debe tender a la «protección de la maternidad» y no al fomento de la interrupción del embarazo. Tercero, adopta una actitud sectaria en esta materia y se alinea con los postulados de unas minorías con fuertes intereses en el tema que en absoluto representan a la mayoría del espectro ideológico plural reinante en nuestro país, al asumir los planteamientos de un legítimo feminismo radical, pero que no son en absoluto los planteamientos de la gran mayoría de la sociedad española. Con ello el “talante” del que tanto le gustaba presumir al Gobierno ha quedado definitivamente enterrado.

En medio de la grave crisis de valores que recorre la sociedad occidental y una mentalidad colectiva predominante en la que los valores de base material y tangible, individualistas y egocéntricos, priman sobre los de la generosidad, altruismo, justicia, solidaridad, empatía, etc. se necesita un alto sentido moral para reconocer el valor intrínseco de la vida humana aunque ésta se encuentre en sus primeras fases de desarrollo. Quizá el ciudadano de a pie, no demasiado habituado a excesivas elucubraciones y absorto en sus preocupaciones cotidianas agravadas por la crisis económica, no consiga percibir el hondo calado de este asunto y sienta este tema como algo ajeno y propio de minorías ilustradas … Pero basta con auscultar mínimamente nuestra propia naturaleza y un poco de sentido común para exacerbar nuestra sensibilidad y aversión ante tan antinatural, cruel y aberrante práctica humana. El razonamiento y un poco de sentido común pueden ayudarnos a poner un poco de luz en el asunto.

¿Existe mayor «bien», bien más preciado, que la propia vida humana? ¿Es que esa vida por encontrarse en sus primeras fases de desarrollo tiene menos valor, carece de sentido y dignidad, y por eso se la puede cercenar, se puede acabar con ella? La vida, el bien más preciado que pueda existir, es infravalorada por el Gobierno y no muestra reparo en desprotegerla legalmente en sus primeras fases. Los que se creen paladines de la defensa de la libertad y de aumentar la seguridad jurídica de las partes, no son capaces, ni están dispuestos a garantizar al feto el derecho a vivir, la posibilidad de nacer. Un peldaño más en la pendiente frivolizadora, trivializadora y banalizadora por la que transita una autodenominada falsamente izquierda, cuyo errático “progresismo” hace gala, una vez más, de la estrechez de miras de su proyecto social. La educación moral de los ciudadanos está en función cada vez más del clima moral que se respira socialmente. Menudo ejemplo de cordura y de respeto están dando nuestros gobernantes actuales a sus conciudadanos en cuestión de tanto calado. Menudo mensaje “educativo” está trasladando cierta clase dirigente al conjunto de la sociedad española. Ampliar las esferas de libertad sí, pero según para qué, no gracias. Se apela a la libertad de la mujer, pero se le niega a quien no se le reconoce ni el derecho a vivir. Mientras tanto el ecologismo radical, ahora en silencio, seguro clamará en el futuro por la protección del último lamelibranquio que por allí pasaba.

Hasta el momento, según sentencia del Tribunal constitucional del año 85, el que va a nacer está protegido por nuestras leyes y solo en determinados supuestos muy concretos se aceptaba como mal menor el aborto provocado. Sin embargo, en el proyecto del Gobierno esta desprotección es absoluta durante las primeras 14 semanas de embarazo. Asimismo, el proyecto no sólo desprotege al no nacido, sino que tampoco protege convenientemente a la mujer embarazada. Los que conocemos por dentro la forma de actuar de cierta izquierda sabemos cómo acaban toda esa serie de comités informativos y comisiones éticas.

Los promotores de la reforma no han podido rebatir muchas de las evidencias planteadas en el debate científico, jurídico y social. Ante este hecho, pretenden imponerla por la exclusiva fuerza de los votos. Fían la suerte final del proceso a un cálculo del reparto de fuerzas en órganos constitucionales de extracción política, se sitúan al margen de la razón y el sentido común e intentan ensombrecer la racionalidad jurídica y científica, manipulando el lenguaje, imputando a los opositores a este proyecto espurias motivaciones ideológicas o religiosas, o pretendiendo generar derechos ficticios como el inexistente “derecho al aborto” (Manifiesto juristas ante la reforma de la ley del aborto, punto 7º).

Se puede estar a favor de la vida, mostrarse en desacuerdo con el aborto provocado, ser partidario de la no penalización y defender el máximo apoyo personal, psicológico, económico y social a la mujer que se encuentra en ese difícil trance, para que ésta no se vea abocada irremediablemente al aborto como única alternativa.

Más allá de la postura ideológica, religiosa, ética, etc. que cada uno pueda llegar a tener, este debate debe servir para generar una corriente de opinión a favor de la protección de la vida humana en cualquiera de sus fases y debe contribuir a la extensión de una nueva «cultura de la vida» propia de un estadio de civilización verdaderamente avanzado, favoreciendo así el regeneracionismo moral del que tan necesitadas están nuestras sociedades capitalistas occidentales, económica y materialmente avanzadas pero a menudo humanamente decadentes.

La noticia

170El sábado 17 de octubre se desarrollará en Madrid una manifestación popular a favor de la dignidad de toda vida humana, gravísimamente despreciada por el designio del Gobierno de Zapatero de hacer aprobar una ley que considere el aborto provocado como un derecho de las mujeres durante las catorce primeras semanas de gestación de sus víctimas. La oposición de sectores significativos de la sociedad española y de numerosas personas doctas y respetables a semejante propósito, se ha manifestado de muchas maneras. La manifestación, convocada desde hace meses por un total de 42 organizaciones cívicas, es un intento de hacer volver a ZP y los suyos a la cordura (Ramón PI).

La sociedad civil decide salir a la calle para hacer oír su voz a favor de la vida y en contra del aborto como única alternativa para las mujeres en situación de forzosa necesidad. Movimientos sociales, entidades cívicas, asociaciones, plataforma ciudadanas… se han unido para expresar su rechazo unánime a un proyecto de ley, en el que se infravalora la vida humana, a través de una marcha por la vida y contra la reforma de la ley del aborto. Según sus organizadores no es una manifestación de partidos ni confesiones religiosas, sino de toda la sociedad civil. Familias, jóvenes, adolescentes, mayores y adultos están invitados a marchar a favor de la vida y la maternidad, el próximo 17 de octubre en Madrid.

20 razones para la movilización

Porque apostamos por la vida, estamos en contra del aborto. Defendemos la vida de quienes no pueden defenderse. Porque estamos a favor de la mujer necesitada, reclamamos todo el apoyo del mundo para ella. Porque un clima social favorable a la vida y en apoyo total a la mujer necesitada podría hacer disminuir las razones para el aborto. Porque apostamos por su libertad, exigimos se le ofrezcan posibilidades reales alternativas al aborto, para que pueda escoger libremente. Porque una sociedad sana, verdaderamente progresista, no infravalora una vida en gestación y se plantea proteger la vida humana tanto al menos como la de los linces.

  1. Somos los ciudadanos quienes tenemos que elevar el listón moral de nuestra sociedad. De nosotros depende.
  2. Exigir el respeto a los principios y valores fundamentales que hasta el presente han estado fundamentando nuestra convivencia.
  3. Reivindicar que el respeto a la vida humana constituya principio básico y fundamental de una mínima ética común.
  4. Exigir el respeto incondicional y absoluto a la vida humana en cualquier de las fases en que ésta se encuentre.
  5. Invitar a toda la sociedad a realizar un debate serio y en profundidad sobre las causas del aborto y las posibles alternativas al mismo.
  6. Oponerse a la interpretación angosta y restrictiva que hace el Gobierno de un derecho tan básico y fundamental como es el derecho a la vida.
  7. Ir en contra de la imposición unilateral de planteamientos neurálgicos de nuestro proyecto colectivo y reclamar una consulta popular en cuestiones de tan trascendente calado social.
  8. Exigir el cumplimiento de la legislación vigente, en vez de legalizar las prácticas fraudulentas de la industria abortista.
  9. ¿El aborto, un derecho?
  10. Exigir el reconocimiento legal del concebido pero aun no nacido como sujeto de derechos.
  11. Reclamar que los derechos de la mujer no tengan primacía exclusiva y absoluta sobre la vida del que va a nacer, que tiene el mismo derecho a la vida que su madre, independientemente de la voluntad de ésta.
  12. Exigir la protección real y efectiva de un valor fundamental -la vida humana-, en cualquier fase del desarrollo en que ésta se encuentre.
  13. Reivindicar la protección real del no nacido y apoyo integral para la madre necesitada. Exigir que la reforma vaya encaminada a proteger la vida del no nacido y a amparar a las mujeres que se ven abocadas al aborto.
  14. Reclamar que nuestro acercamiento a Europa sea en los aspectos más positivos y no en prácticas regresivas en términos de cultura humana y civilización.
  15. Fomentar la extensión de la «cultura de la vida»: una cultura a favor de la protección y cuidado de la vida en cualquiera de las fases en que ésta se encuentre. En eso consiste realmente el verdadero “progresismo”.  
  16. Reclamar un plan integral a favor de la mujer necesitada.
  17. Instar a nuestros gobernantes a que apoyen moral y económicamente todas las entidades que se dedican a potenciar alternativas al aborto.
  18. Pedir al Gobierno que preste atención a tan rotunda expresión de una parte importante de la voluntad popular  y no intentar manipular la opinión pública presentando a los que defienden la vida oponiéndose al aborto como algo obsoleto que frena el progreso y la modernidad. En todo caso, no es ese el tipo de “modernidad” que nosotros reclamamos.
  19. Exigir al Gobierno una mayor neutralidad y no un posicionamiento sectario a favor de una de las partes en asuntos de tanta trascendencia y en los que la opinión pública está tan dividida.
  20. Reclamar a nuestros gobernantes una mayor ejemplaridad moral en el desempeño de sus funciones, exigible por el cargo que ocupan en función de la representación social que ostentan.
Para mayor información:


Per a «construir» junts...
Són temps per a «construir» junts...
Tu també tens la teva tasca...
Les teves mans també són necessàries...

Si comparteixes els valors que aquí defenem...
Difon aquest lloc !!!
Contribuiràs a divulgar-los...
Para «construir» juntos...
Son tiempos para «construir» juntos...
Tú también tienes tu tarea...
Tus manos también son necesarias...

Si compartes los valores que aquí defendemos...
Difunde este sitio !!!
Contribuirás a divulgarlos...