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Actualizarnos, una urgente necesidad de nuestro tiempo

Nuestra concepción de la realidad, del mundo, de la vida

Operamos con una antigua concepción de la Realidad. Nos desenvolvemos con unas creencias obsoletas. El mundo del saber en los últimos tiempos ha ampliado mucho sus fronteras. Gran parte del marco conceptual tradicional ha quedado desfasado. Nuestras concepciones y conocimientos en muchos aspectos han quedado anticuados… Actualizarnos, resulta hoy una necesidad urgente…

Esa necesaria actualización nos ofrece una nueva perspectiva, nos muestra una nueva y hasta ahora desconocida dimensión de la Realidad, nos abre a nuevos e insospechados horizontes, y acrecienta nuestra comprensión de una Realidad, que gracias a los avances de la nueva ciencia, se nos muestra como multidimensional.

Nuestra percepción de la realidad no es la realidad.

Todo lo que crees conocer, no es como crees que es. Nada de lo que crees que existe es tal cual crees que es.

Nuestra imagen de lo real y del universo deben ajustarse a lo que hoy proporcionan las ciencias físicas. Nuestra concepción de la realidad ha de abrirse a los nuevos aportes de la física moderna y prepararse para una nueva cosmovisión que oriente un nuevo desarrollo del ser humano.

¿Cuál es nuestra actual percepción y concepción del mundo? ¿Qué imagen del mundo nos hemos formado? ¿Somos conscientes de todo ello? ¿Cuál es nuestro nivel de conciencia sobre toda esta situación? La mayoría de las personas tan sólo vemos lo que nuestra época nos permite. La concepción que tenemos del mundo y del universo es solamente una parte de la verdad. El orden natural está muy lejos de ser tan simple como a primera vista nos lo ha explicado hasta ahora la ciencia. La nueva ciencia y la física cuántica supone una ruptura radical con la física clásica, a la que estamos más acostumbrados. Desafía nuestra intuición y pone patas arriba lo que pensábamos sobre el mundo que nos rodea…

El nuevo paradigma científico cuestiona de raíz nuestro mapa mental sobre la realidad y la condición humana.  Nos muestra que el universo al que pertenecemos es insondable y difícil de comprender para nuestra mente racional. Y nos permite intuir que, si somos parte de este universo, significa que somos como él, y por tanto debemos ensanchar nuestra mirada. Abrirnos a conocer e integrar el conocimiento científico vigente nos permitirá colocarnos en la rampa de salida hacia un salto de civilización y de conciencia. Necesitamos aceptar nuestra enorme ignorancia, nuestra interdependencia con todo lo que existe y reconsiderar el rol que nuestra especie puede desempeñar en el sofisticado mecanismo del universo en el que vivimos.

Las fuerzas puestas en marcha por los pensadores, los sabios, los hombres religiosos realmente avanzados, los filósofos modernos y también los hombres que se ocupan de otros dominios del pensamiento humano, empujan poco a poco y progresivamente a los cuerpos sutiles de la humanidad y los llevan al punto donde empiezan a comprender tres cosas:
a) La realidad de los mundos invisibles.
b) El inmenso poder del pensamiento.
c) La necesidad de un conocimiento científico de estas dos cuestiones.
(Alice A. Bailey)

«En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que no existe». (Eric Hoffer)

1. Somos fruto de nuestro tiempo. Nos desenvolvemos con creencias obsoletas

Somos fruto de nuestro tiempo, la cosmovisión dominante en nuestra época permea nuestra manera de ver, percibir y estar en el mundo. Nos nutrimos del humus cultural que nos rodea, de él entresacamos nuestras ideas, adoptamos nuestras creencias, elaboramos nuestro estilo de vida con nuestras metas, nuestros valores, nuestra filosofía de vida. Operamos de acuerdo al paradigma en el que nos han educado, al marco cultural e interpretativo en el que estamos inmersos, el de nuestro tiempo, el de nuestra época.  Pero los marcos mentales no son estáticos, sino dinámicos, con el tiempo evolucionan, cambian, se transforman… El mundo, la vida, el conocimiento, el saber, la ciencia avanzan sin cesar, a un ritmo que al ciudadano corriente le es imposible de seguir… Nuestra mentalidad sin embargo no cambia al mismo ritmo: nuestros conocimientos, ideas, concepciones, cosmovisiones, nuestras representaciones del mundo y de la vida, el marco mental particular con el que nos manejamos diariamente suele quedar anclado en el que nos educaron y, por tanto, si no se actualiza, con el tiempo queda anticuado… Se produce un desfase entre aquello que aprendimos en nuestros primeros años de formación y el estado actual de los conocimientos… el desajuste entre el ritmo de evolución seguida por la ciencia y nuestra a menudo limitada capacidad de actualización, convierte nuestras percepciones, concepciones, ideas, etc. en obsoletas… Vivimos, nos desenvolvemos y movemos en un marco mental y conceptual que arrastramos desde nuestra formación inicial y que, si no hemos hecho un esfuerzo de puesta al día, de actualización, seguramente se habrá visto ya superado por los avances en los diversos dominios del saber.

El mundo del saber progresivamente va ampliando sus fronteras. La comprensión de la realidad cosmológica, física, social o individual con la que hasta ahora nos habíamos manejado habrá ido quedando obsoleta… El desajuste entre el ritmo evolutivo de la ciencia y nuestra capacidad de adaptación a los más actuales conocimientos ha abocado a gran parte de la población a manejarse con concepciones y creencias sobre la realidad física, social e individual que ya no se corresponden con lo que actualmente sostiene la ciencia, con lo que el progreso de la ciencia y el saber sostienen en la actualidad. Por ejemplo, el ciudadano corriente cree que su percepción de la realidad es la verdadera realidad. Sin embargo, nuestra concepción de la misma, según el reciente paradigma basado en los más recientes descubrimientos de la física cuántica (paradigma post-materialista) resulta ya inadecuada.  Cuanto más clara y exacta sea nuestra percepción de la realidad, con más realidad podremos enfocar nuestra vida. Cuanto más sesgada, estrecha y deformada sea más difícil será desarrollar nuestro ser y perseguir la armonía con el Todo del que formamos parte.  

2. Nuestras creencias actuales: ideas, concepciones, creencias obsoletas

Cuando hablamos de creencias nos referimos a lo que un individuo tiene como verdadero. En general nuestras creencias más arraigadas e influyentes son inconscientes, son algo personal. Las creencias se originan en la infancia y provienen de los padres, educadores, amistades, experiencias o acontecimientos traumáticos, además de la cultura, los medios de comunicación. Son las ideas que están en el ambiente, que pertenecen a la época o generación que nos ha tocado vivir... Una vez que creemos en algo, tendemos a ignorar las evidencias en contra. Identificamos la realidad con lo que nos ofrecen nuestras creencias. Lo que para nosotros es real depende de lo que nosotros creamos, de nuestro sistema de creencias. Con nuestras creencias damos un sentido a la vida que nos toca vivir, a cada una de las cosas que experimentamos. Una creencia no tiene por qué ser necesariamente cierta. Hay muchas falsas creencias populares. Hay diversas clases de creencias: desde generalizaciones que hacemos sobre la vida, las personas, el mundo hasta reglas que rigen nuestro comportamiento. Mientras nosotros nos mantenemos y funcionamos con las antiguas concepciones y creencias, la ciencia avanza… Sufrimos, pues, una obsolescencia de nuestras concepciones sobre la realidad, sobre nosotros mismos, sobre la vida o incluso sobre la misma muerte... Adaptar, renovar, actualizar nuestros conocimientos, nuestras concepciones, nuestras actitudes, nuestra perspectiva e incluso nuestra propia filosofía de vida a las aportaciones del más reciente paradigma interpretativo de la realidad es un esfuerzo digno de encomio que redundaría en beneficio nuestro y nos permitiría irnos adaptando, sin prisa pero sin pausa, al reciente panorama cultural emergente que está apareciendo a partir de los más recientes progresos que se están produciendo en los diversos ámbitos del saber…  Veamos qué nos ocurre en algunos de esos ámbitos.

  • Realidad física. De lo limitado de nuestras percepciones y nuestras creencias veamos algunos ejemplos. Una cosa son nuestras sensaciones y otra muy disitnta la realidad. A nivel físico tenemos la sensación de estar siempre en el mismo sitio, pero nuestra existencia está ligada a movimientos que, a pesar de producirse a velocidades increíbles, nos pasan completamente desapercibidos. Todas las cosas que conocemos se mueven en el espacio, pero también en el tiempo, evolucionan. La Vía Láctea, por ejemplo, se mueve a más de 2 millones de kilómetros cada hora (alrededor de 600 kilómetros cada segundo), ¡y vivimos pensando que estamos quietos! Veamos algunas cifras de nuestro movimiento en el espacio. A latitudes intermedias, la superficie terrestre se mueve a una velocidad de unos 1.200 kilómetros por hora. La Tierra orbita alrededor del Sol a casi 30 kilómetros por segundo o algo más de 107.000 kilómetros por hora. El sistema de reposo local, es decir, cómo se mueve todo lo demás en el universo con respecto a nosotros, viajamos a más de 800.000 kilómetros por hora (220 km/s) alrededor del centro de masas de nuestra galaxia, la Vía Láctea. La Vía Láctea se mueve a más de 2 millones de kilómetros cada hora (alrededor de 600 kilómetros cada segundo), hacia una gran concentración de materia que se llama Gran Atractor y que está entre Virgo y Leo. No todas las galaxias se mueven a la misma velocidad, las que están alrededor de nuestra Vía Láctea se mueven, más o menos, en un rango de entre 100 y 2.000 kilómetros por segundo; las que están un poco más lejos, a unos 5.000 kilómetros por segundo y las más lejanas se pueden mover a más de 10.000 kilómetros por segundo.

    También cuando se habla con personas sobre algunos temas, por ejemplo, sobre lo que es real o no es real, la gente común argumenta una serie de creencias heredadas de la física clásica (del paradigma cartesiano-newtoniano) desconociendo que han quedado ya obsoletas de acuerdo con el nuevo paradigma científico vigente… que afirma, por ejemplo, que toda la materia, todas las cosas materiales incluido nuestro propio cuerpo, todos los átomos que forman esa materia, en un 99,9% son vacío, que formamos parte de un Todo, que somos universo, que somos polvo de estrellas, y que tu grandeza es un vacío pleno, que tú esencia es amor, paz, armonía, felicidad, que eres una bestia pero con destino a lo divino y que poseemos una conciencia eterna que perdura más allá de la muerte… Creemos que la realidad física nos es conocida y tangible, que lo verdaderamente real es lo que podemos ver, tocar, medir, cuantificar… sin embargo, la física cuántica reconoce desconocer el 96 % de la realidad física y del otro 4% conocido, conocemos un poco su naturaleza, pero no el origen… Creíamos, pues, conocer la realidad y resulta que en su mayor parte nos es desconocida. Es decir, a partir de los postulados de la física cuántica más actual pasamos de concebir la realidad como tangible a concebirla como intangible… y eso comporta toda una serie de implicaciones…

  • Realidad social. Hay demasiada gente que no es suficientemente consciente de que la realidad social es una creación humana, que es el mundo que nosotros mismos vamos creando. Por tanto, que no es algo estático, dado y eterno sino algo modificable, transformable, mejorable… Observamos que es dinámica y cambiante, que se la puede manipular a través de la propaganda más o menos sutil o descarada a través de los modernos medios de comunicación de masas, pero también sabemos que con nuestra responsabilidad y contribución se la puede transformar positivamente. Observamos también que nuestra mentalidad evoluciona y que nuestra percepción de los problemas sociales, de las desigualdades, de los valores, etc. se va transformando con el tiempo; que abandonamos unos valores para adoptar otros, que el «sistema» que nos domina nos induce a resaltar unos (mercantilismo, utilitarismo, productivismo, consumismo, hedonismo, individualismo, egocentrismo, indiferencia, insolidaridad...) en detrimento de otros quizás más fundamentales e irrenunciables…  que nuestra mirada sobre las guerras, la explotación de los débiles, las personas migrantes, vulnerables, discapacitados, sin techo, desahuciados, etc. evoluciona y se transforma… Vamos viendo como valores vertebradores de nuestra civilización como la igualdad, la libertad, la tolerancia, el respeto, la convivencia pacífica se van abriendo paso progresivamente entre nosotros… también la admisión de un cierto grado de relativismo cultural se generaliza, aceptando que determinadas costumbres y valores que para nosotros nos resultan innegociables en otras civilizaciones pueden resultar perfectamente prescindibles… estos cambios en la percepción de los fenómenos sociales nos permite ensanchar nuestra mirada, aceptar la diferencia, practicar la tolerancia, ejercitar nuestra empatía, comprensión, solidaridad etc…

  • Igual ocurre con otras realidades, por ejemplo, con respecto al ser humano: la creencia más extendida es que los seres humanos somos seres racionales y conscientes. Nos han explicado que somos seres racionales, que nuestra principal virtualidad es el pensamiento, la razón, sin tener en cuenta que el pensamiento es una creación de la mente y que, aunque nuestra mente puede intentar comprender la realidad, no la puede explicar en su totalidad… Sin embargo, ahora gracias a los avances de la neurociencia ya sabemos que los seres humanos, en lugar de ser racionales y conscientes, sobretodo somos seres emocionales y no conscientes. La gente continúa considerando de una gran importancia lo cognitivo, sobrevalorando la dimensión racional, por ejemplo, en la toma de decisiones, desconociendo el papel que juega lo emocional, intuitivo, etc… Sabemos también, por ejemplo, que nuestro sistema perceptivo no es capaz de captar muchos aspectos de la realidad. O desconocemos, porque no nos han preparado adecuadamente para ello, cuál es nuestra tarea existencial fundamental o que nuestra grandeza no reside tanto en alcanzar la riqueza, el bienestar material, el poder, la admiración o la fama, sino que está contenida en lo que ya somos cuando nacemos… y que lo demás son mixtificadoras excrecencias que el «sistema» en el que estamos inmersos nos impone…

  • Por otra parte, nos han formado y hemos crecido en una creencia mediante la cual se nos ha conducido a identificarnos básicamente con nuestro cuerpo, creemos que fundamentalmente somos «cuerpo», nos hemos creído que somos sólo cuerpo; la medicina se ha enfocado básicamente a la cura del cuerpo, a la sanación del cuerpo para conservar la vida, sin tener en cuenta otras posibles dimensiones de la persona humana. Pero según está descubriendo la nueva «ciencia de la conciencia», la VIDA en nosotros se expresa y se manifiesta a través del cuerpo físico, mas eso no quiere decir que seamos solo «cuerpo», dado que, según apunta la ciencia de la conciencia, nuestra esencia es que somos «alma» y un alma que trasciende la vida material, siempre estaremos vivos, siempre viviremos, nunca moriremos, porque somos expresión de una Vida que se encuentra en permanente proceso evolutivo hasta la identificación plena con el Absoluto…

    Somos la encarnación local del Cosmos. Un Cosmos que se ha desarrollado hasta alcanzar tener consciencia de sí. Somos sustancia estelar que reflexiona sobre las estrellas. Somos conjuntos organizados de miles de billones de billones de átomos que rastrean el largo camino a través del cual llegó a surgir en el Cosmos la consciencia. (Carl SAGAN). Sólo el conocimiento profundo de uno mismo, arraigado en el conocimiento de nuestro lugar en el cosmos, puede ser fuente de plenitud y de verdadera transformación, posibilitando la ampliación de nuestro nivel de consciencia, la transformación de nuestro ser. (M. CAVALLÉ)


  • Algo semejante ocurre también con nuestra propia filosofía de fondo ante la vida: vivimos y enfocamos nuestra vida en la creencia de que el progreso y el bienestar material colmarán nuestras vidas y nos traerán la anhelada felicidad. Pues bien, frente a la «lógica» de un «sistema» que con sus artificiosas y falaces artimañas nos está conduciendo al borde del precipicio en tantos aspectos, seamos capaces de construir nuestra propia «lógica» alternativa… El «sistema» que hemos creado materialista, mercantilista, consumista, ambaucador y alienante ha logrado manipular y vaciar de verdadero contenido nuestras existencias, ofreciéndonos a modo de señuelo un sinfín de veleidades que pretenden embelesarnos cual zanahoria mostrada al conejo para atraerlo, o cual tarro de miel para atraer a las moscas… Nos quiere convencer que el progreso material que nos ofrece nos conducirá al bienestar y al verdadero progreso humano. Es la «lógica» en la que el «sistema» pretende mantenernos atrapados…

    En este tipo de «sistema» el ser humano ha tendido a desconectarse de su naturaleza esencial viviendo en un ritmo frenético y acelerado, enloquecido… Tendemos a mirar hacia afuera, a distraernos, a olvidar nuestras penas… son muchas las distracciones que han sido creadas de forma intencionada para mantenernos entretenidos y distraídos de lo esencial… es así como aparentemente se sufre menos, parece que olvidándonos de las preocupaciones y del dolor, la carga emocional se alivia… sin embargo conocemos por experiencia que ese es tan solo un alivio temporal, un falso alivio…

El ensanchamiento de la perspectiva, la ampliación de nuestra consciencia, posibilita la percepción del sentido profundo de la realidad de la cual formamos parte. Ese cambio de perspectiva nos permite acrecentar nuestra consciencia cósmica, comprender más objetivamente nuestro lugar en el Cosmos, vislumbrar el posible sentido de nuestra existencia.

3. Actualizarnos, una necesidad urgente…

En nuestro devenir cotidiano si no nos mantenemos atentos nuestros conocimientos van quedando desfasados y nuestras concepciones obsoletas, nuestras habilidades se atrofian, nuestras actitudes se fosilizan, nuestras perspectivas se difuminan y desvanecen… Necesitamos actualizarnos si no queremos continuar anclados en el pasado. El conocimiento cambia y las formas de entender el mundo también. Convendrá, pues, despertar y mantenernos al día en aquellos aspectos que mayormente afectan nuestra vida. No actualizarnos se traduce en un estancamiento de nuestro desarrollo personal, profesional o cultural. Actualizarse contribuye a desarrollar la capacidad de adaptación a los cambios del entorno. Reciclarse formativamente y mantenerse actualizado es fundamental para saber hacer frente a las situaciones que demandan nuestra atención. Hoy más que nunca es necesario estar al día a nivel profesional y laboral, como responsables de una familia o para nuestro propio desarrollo y crecimiento personal y también en nuestra filosofía de vida e incluso en nuestra actitud ante la propia muerte.

El desarrollo y crecimiento personal puede contribuir a mejorar nuestras destrezas, habilidades, actitudes, nuestra manera de ver y estar en el mundo, nuestra forma de pensar o las formas de enfrentarse a los desafíos de la vida. Y también a regenerar el conocimiento de uno mismo, la valoración de los propios talentos y virtudes, la mejora de nuestra calidad de vida, contribuyendo así a la realización de nuestras aspiraciones más sentidas. Incluso a dotarnos de una nueva comprensión de nuestro lugar en el cosmos y de un mayor sentido a nuestra existencia. Esa actualización pude contribuir a ampliar y a elevar nuestra mirada, al desarrollo global e integral de nuestra persona, a modificar nuestras representaciones del mundo y de la realidad, nuestras actitudes ante la vida, nuestros horizontes vitales y existenciales nuestros esquemas de comportamiento, a permitir que las personas den lo mejor de sí mismas, a la mejora de nuestra comunicación, la convivencia, las relaciones interpersonales, la auto-confianza, la paz, la armonía, la integridad personal, la coherencia, la autenticidad… Algunos aspectos concretos relacionados con el cultivo de nuestro desarrollo personal: administración del tiempo disponible, auto-conocimiento, comunicación interpersonal, desarrollo mental, habilidades emocionales, hábitos de calidad de vida, relaciones humanas, autoestima, capacidad de resiliencia, encontrar sentido a los acontecimientos de nuestra vida o de la propia existencia…

4. Apostando por el cambio y la transformación de nuestras conciencias

En la humanidad se está produciendo un cambio importante, está emergiendo un profundo cambio de conciencia. La dirección y el sentido de ese cambio dependen del nivel de conciencia en el que nos encontremos los seres humanos, tanto individual como colectivamente. El secreto del cambio está no tanto en el exterior sino dentro de cada uno de nosotros. En nuestro interior se encuentra la fuerza, la energía y la creatividad necesarias para llevarlo a cabo. La situación es urgente. No podemos permitirnos el lujo de continuar viviendo de cualquier manera. Los poderes tecnológicos, psicológicos y psíquicos de la humanidad se han desarrollado de tal modo que sólo podemos afrontarlos desde una conciencia superior a la que hemos tenido hasta ahora. Para hacer frente a los desafíos de nuestro tiempo debemos desarrollarnos, personal y colectivamente. Son ya muchas las personas que, de un modo u otro, se interesan por esta nueva perspectiva ante la vida. Su número crece sin cesar en todo el mundo. Cada vez son más las que sienten que, para hacer frente a los cambios acelerados y fundamentales del mundo contemporáneo, es preciso funcionar de otra manera y encontrar otras respuestas al gran misterio de la vida. Soplan vientos nuevos. Un gran número de seres lo siente así en su corazón. La humanidad está preparada para dar un salto adelante, un “salto cuántico” en la expresión de la conciencia. Muchos de nosotros sentimos el intenso deseo de una vida nueva. Estamos preparados para descubrir y llevar a la práctica un modo distinto de organizar nuestra vida, nuestras relaciones, nuestro trabajo y nuestro tiempo libre, en pocas palabras, para vivir con mayor plenitud. Queremos que nuestra vida tenga un sentido más profundo, más satisfactorio; queremos vivir en paz y libertad, tanto personal como colectivamente.

Nuestra actualización nos permitirá pasar a mirar la realidad y la vida desde otra perspectiva. La evolución humana dependerá de la forma en que evolucione nuestra capacidad para percibir la realidad y de responder a ella de manera inteligente. A mayor grado de conciencia le corresponde una percepción más clara de la realidad. Estamos en condiciones de optar por una ecología más humana, por el entendimiento y la colaboración más que el enfrentamiento o la dominación, por la integración, el respeto y la colaboración… Cuanto mayor sea nuestro nivel de conciencia individual y colectivo, más capaces seremos de crear un mundo más habitable, con mayor coherencia, armonía, justicia, igualdad, paz y convivencia.  Son tiempos de transformación, tiempos de esperanza...

Elaboración propia a partir de materiales diversos

Ver también:

Manifiesto por una Ciencia Postmaterialista

Avances en nuestra comprensión del Universo

ANTROPOLOGIA QUÀNTICA

EIXAMPLANT LA NOSTRA CONSCIÈNCIA CÒSMICA


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