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“El aborto terminará aboliéndose como se abolió la esclavitud”

Ángel Pintado es uno de los mayores exponentes del Partido Popular en la defensa de la vida. Ex diputado y ahora senador, preside desde hace un año la Acción Mundial de Parlamentarios por la Vida y la Familia. A pesar de que la corriente por abortista inunda todas las instituciones parlamentarias, él considera que la batalla por la vida tiene las de ganar.

En el año 2002 comprometió su puesto político. Votó en contra de su partido en la reforma de la Ley de Reproducción Asistida junto con Luis Azpiroz (del PP) y Luis Silvia (CiU). En su opinión, con esta la ley “se abría la vía para la instrumentalización de la vida humana”. No solo no se le sancionó por aquella actuación, sino que además, su valentía hizo que muchos parlamentarios comenzaran a reflexionar sobre la vida, el aborto y la dignidad humana. Acaba de participar como invitado en el 30 aniversario de la Federación Provida

 

Manifiesta una esperanza insólita y está fuertemente convencido de que la cultura de la vida vencerá a la cultura del derecho al aborto.
Mi esperanza no es una utopía. Se están produciendo grandes cambios culturales. En España, el gobierno socialista ha provocado un revulsivo en la sociedad. En la defensa de la vida existe, en mi opinión, un paralelismo con lo ocurrido con la esclavitud. Tuvieron que pasar varios siglos hasta que la abolieron. En el contexto de aquella época, no se tenía conciencia de que se estuviera haciendo algo mal, se veía la esclavitud como una necesidad económica para el progreso. Estoy convencido que llegará un día en que nacerá una declaración en un parlamento nacional o internacional, habrá un punto de ignición en el que se dé por abolido el aborto y yo creo que ese punto de luz ha comenzado. ¿Cuántos años costará? Depende de nuestro trabajo.

Pero el número de abortos aumenta y los principales parlamentos mundiales y las Naciones Unidas consideran que es un derecho de la mujer.
En la ONU existe un debate interno. A pesar de que en los últimos años las libertades de la mujer se han planteado bajo el eufemismo de salud sexual y reproductiva capitaneadas por organizaciones como Planned Parenthood, a nivel político se están dando cuenta que pierden fuelle. Estas organizaciones han trabajado mucho por el derecho al aborto y por la reinterpretación de los derechos humanos de la Carta de las Naciones Unidas. Nuestra batalla está en defender a la mujer que sufre. Este mensaje está provocando cambios de mentalidad en los movimientos pro choice (a favor del aborto) en Estados Unidos o en algunos países de Latinoamérica, con gobiernos de izquierdas como el de Lula da Silva.

Y en España, ¿va a modificar el nuevo Gobierno del PP la actual ley del aborto?
Nuestro programa es muy claro: consideramos que el aborto no es un derecho. Y el PP, en sus sucesivos gobiernos, ha demostrado que cumple el programa. Las bases del PP están en contra de este derecho y se muestran defensores de la vida. Lo que aparece en el programa electoral es suficientemente significativo para modificar suficientemente la ley, para que el aborto no sea considerado un derecho. El PP dará una respuesta positiva a las expectativas que se han creado respecto al aborto.

Pero en Nuevas Generaciones hay voces discordantes…
A veces pueden surgir declaraciones de personas que hacen cabeza que dan la impresión de que su opinión es la de sus representados y pueden provocar cierta ambigüedad con el proyecto del partido. Pero hemos demostrado que nuestro programa se fundamenta en el humanismo cristiano. Si no fuera consciente de que estoy apoyando la esencia de mi partido, probablemente sobraría.

Provida echa en falta más apoyo y ayudas por parte del gobierno del PP…
Nos hemos comprometido a presentar una ley, y creo que será una de las primeras, de protección jurídica de la maternidad, que ponga en valor la vida del niño por nacer y el de la maternidad. Con ello, apoyaremos a todas las mujeres embarazadas que se encuentren con problemas económicos, sociales, laborables. Incluso, nos planteamos flexibilizar los mecanismos de adopción. Aunque según todos nuestros estudios, a la mujer que se le ayuda para que siga con su embarazo, un porcentaje altísimo no solo no aborta, sino que se queda finalmente con su hijo. Esta ley contemplará ayudas concretas.

¿Y respecto a otras leyes como la investigación biomédica o el divorcio expres?
Hay alguna legislación que habría que reformar como la ley de la investigación biomédica con embriones crioconservados. Hemos visto estas semanas que multinacionales abandonan esta investigación [con células madre embrionarias] porque no consiguen resultados positivos. Lo que es un sinsentido es la cantidad de embriones que tenemos congelados sin darle una solución ética. Respecto al divorcio expres, pensamos que el Estado tiene la obligación de proteger una institución tan básica como el matrimonio. Creo necesario un tiempo de reflexión antes del divorcio porque se ha demostrado que en países que lo han incluido más de la mitad de las parejas volvían a recuperar su vida en común.

Ahora usted está en el Senado. ¿Siguen quedando diputados coherentes en el Congreso para modificar la actual ley?
Sin duda alguna y son muchos. Pero como senador sigo teniendo fuerza. Además, desde la Asociación Española de parlamentarios por la Familia y la Dignidad Humana, trabajamos con todos los grupos parlamentarios, también con los de izquierdas. Alrededor de un 15% de parlamentarios del PSOE se mostraban contrarios a considerar el aborto como un derecho. Y también estamos observando que muchas mujeres políticas, al ser madres, cambian su percepción hacia el aborto.

¿Cuáles son los próximo objetivos como presidente de Acción Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida?
Tenemos representación parlamentaria en 40 países. Asociaciones como la de España solo hay en México y Paraguay, pero pronto se constituirán otras. En Polonia se está llevando a cabo una labor ingente a favor de la vida humana. Mi papel es coordinar las acciones que se llevan a cabo a nivel mundial, promover políticas a favor de la vida y frenar con argumentos razonados las acciones en contra de la vida. No tenemos todavía personalidad jurídica pero queremos entrar en Naciones Unidas. Estos últimos 20 años, las personas pro-aborto han trabajado muy fuerte y han conseguido cotas de poder que tampoco se corresponde con el apoyo que tienen en la sociedad. Nosotros debemos trabajar más y mejor que ellas.

Fuente: The family watch


Algún día los abortos serán cosa del pasado


Vicente Morro. Vicepresidente del FVF.Vicepresidente de FCAPA-Valencia 
Enero, 2012

“Algún día los accidentes serán cosa del pasado. Lo que queremos es que llegues”. Esto proclama la actual campaña de la Dirección General de Tráfico, para finalizar diciendo que gran parte de los accidentes de tráfico se deben a que no sabemos “convivir ni respetar la vida”. ¡Qué pena que nuestros gobernantes –ex-gobernantes en la actualidad los que promovieron esta campaña- no tengan la misma ‘sensibilidad’ para la cuestión del aborto que, por cierto, ocasiona 76 veces más muertes de seres humanos al año (1.479 frente a más de 113.000). Las muertes por aborto, que además ocasionan siempre 2 víctimas: la madre y su hijo eliminado, no son accidentales sino buscadas, y transformadas en negocio suculento por comerciantes del dolor ajeno que no hacen ascos a llenar sus cuentas con dinero de sangre.  

Algún día los abortos serán cosa del pasado, como hoy lo es, casi en todo el mundo, la esclavitud o las cámaras de gas. El mundo sentirá entonces la misma vergüenza que sentimos ahora por la mentalidad esclavista y nuestros nietos, o mejor aún si son nuestros hijos pues implicará que el final ha llegado mucho antes, nos preguntarán: ¿y tú que hiciste para acabar con el aborto?

El aborto, un anacronismo civilizatorio “Mucho más temprano que tarde” conseguiremos acabar con el aborto, y entonces “se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.(les suenan estas palabras, ¿verdad?): en efecto, cuando nos libremos del aborto habremos construido una sociedad mejor, verdaderamente humana, y esto sólo podrá ser fruto del trabajo de hombres verdaderamente libres e independientes, capaces de dejarse guiar por la razón y la ciencia por encima de consignas ideológicas. Seguro que conseguiremos superar este “momento gris y amargo”, que dura ya demasiadas décadas. Obviamente no me refiero sólo a la práctica del aborto, pues siempre lo ha habido por desgracia, sino a la vergüenza de convertir en legal la muerte de un inocente y, lo que es aún más indecente, de convertirla en negocio, de lucrarse con el dolor ajeno. ¡Qué triste que no haya también campañas de famosos y de médicos para acabar con este dolor, con esta tragedia!

Algún día los abortos serán cosa del pasado. Lo que queremos es que vivan. Queremos que viva el hijo y pueda llegar a nacer y queremos que viva la madre, que no se vea obligada a abortar, y a enterrar su corazón en vida. Queremos que la sociedad, igual que ha hecho con los accidentes de tráfico y con tantas otras causas urgentes e importantes, se conciencie de que no hay derecho a quitar la vida a un ser humano inocente e indefenso y que vale la pena dedicar todos los esfuerzos posibles, materiales y personales, para ayudar a la mujer embarazada en dificultades a llevar su embarazo a término: ¿puede haber causa más humana que la defensa de la vida? Todos podemos, y debemos, hacer algo. Como dice el Talmud de Jerusalem (4, 22): “quien salva una vida es como si salvara a la Humanidad entera”.

Los gobiernos de la etapa que acabamos de superar se han caracterizado, entre otras cosas, por su mendacidad, su hipocresía y sus distintas varas de medir en función de intereses y prejuicios ideológicos. ¡Amarga ironía que los que han abierto la puerta al aborto libre en España hablen ahora de “respetar la vida”! Queremos que se respete la vida, toda la vida y la vida de todos, y eso excluye tanto la pena de muerte, como la violencia machista, la eutanasia, el terrorismo, la tortura y el aborto.

Queremos gritar un gran sí a la vida, sí a la maternidad, si a la ayuda a la mujer en dificultades. Se lo dijimos a Zapatero, con millones de personas en las calles, y se lo vamos a decir a Rajoy. No puede el Partido Popular alegar ignorancia después del brillante recurso que interpuso ante el Tribunal Constitucional y del magnífico trabajo que sus diputados, de manera especial la actual Vicepresidenta del Gobierno con un excelente voto particular, realizaron en la Subcomisión Parlamentaria que creó el anterior Gobierno para justificar su terrible proyecto.

Señor Rajoy: millones de ciudadanos le urgimos a que derogue la actual regulación del aborto. Queremos trabajar para que en España no haya ni un solo aborto, que es siempre un fracaso social y personal. Hay que ayudar a las madres en dificultades. Queremos que vivan ellas y sus hijos. Tenemos el deber de ayudarlas. Más de cien mil vidas humanas cada año dependen de las decisiones que su Gobierno adopte. Es una gran responsabilidad, ciertamente, pero no creo que haya tarea más hermosa para un gobernante que proteger la vida, todas las vidas. Hay mucho que hacer en economía, pero ¿de qué servirá lograr mantener el estado del bienestar si no somos capaces de defender la vida de los más inocentes e indefensos? El aborto será, seguro, cosa del pasado, pero de ustedes depende que sea ahora, salvando miles de vidas, o dentro de unos años, dejando crecer el dolor y la muerte.

Fuente: Analisisdigital


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