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«Vientres de alquiler»: ¿progreso o aberración antropológica?

Con la maternidad subrogada algo esencialmente humano está en juego. La ciencia, la técnica, la biotecnología lo hacen posible… ¿podrá “soportarlo” la naturaleza humana sin resentirse, sin peajes “colaterales”?

La calidad de la relación madre-hijo: eje vertebrador para un sano y equilibrado desarrollo bio-psico-social del futuro ser humano.

Todo lo que experimentará el niño desde que es concebido dejará una huella en su persona. Nuestra personalidad, nuestras carencias y fortalezas se van gestando durante la vida intrauterina.

Todo lo que experimenta un ser humano antes de nacer constituye el fundamento de su salud, su afectividad, su capacidad de relacionarse y de la capacidad de su intelecto.

¿Se garantizan las condiciones de gestación apropiadas, las propias de una «ecología humana» digna, a las que todo ser humano tiene derecho desde el momento de su concepción?

El origen de muchas problemáticas tiene su verdadera raíz no en la infancia sino en las primeras experiencias de vida de las personas.

Las nuevas investigaciones afirman que toda experiencia temprana, a partir de la concepción afecta en la arquitectura del cerebro. Todo lo que la madre siente y piensa al estar embarazada se lo transmite a su hijo.

Las primeras experiencias de vida constituyen los fundamentos de la personalidad futura. Las circunstancias en las que somos concebidos, gestados, paridos, nutridos y criados forman los patrones básicos de nuestra manera de ser, nuestras creencias implícitas y guión de vida.

Grande es la creatividad humana. Nuevas realidades aparecen incesantemente ante nuestros ojos. En el ámbito humano se diversifican las formas de relaciones humanes... Aparecen en la práctica nuevas fórmulas convivenciales, se diversifican las formas de pareja... Se legalizan nuevos tipos de unidades familiares....  Se defiende la igualdad de derechos entre parejas, se afirma que toda pareja o unidad familiar tiene derecho a tener descendencia... Hay unidades familiares cuyas características o circunstancias, aún queriéndolo, les imposibilitan tener hijos, no pueden recurrir a las técnicas de fecundación in vitro (gais, cáncer de útero, deformación del útero…)… En el escenario reproductivo humano aparece una nueva técnica reproductiva: los llamados vientres de alquiler, la gestación subrogada, también conocida como gestación por sustitución o maternidad subrogada. Existen aspectos imperceptibles a una mirada superficial sobre la cuestión. La subrogación uterina como técnica de reproducción aparece en perspectiva antropológica y ecológica humana como un tema controvertido.

Se trata de sobreponerse a un abordaje meramente epidérmico y dotar a la ciudadanía de herramientas para comprender las implicaciones y consecuencias de dicha práctica.

I. Aspectos diversos

Refugio, protección

Nuevas situaciones sociales. En las sociedades actuales las técnicas de reproducción humana asistida han trastocado conceptos sociales cercanos para los seres humanos como la maternidad, la paternidad, las estructuras del parentesco y la propia concepción tradicional de la familia. Una posibilidad controvertida dentro del abanico de opciones abiertas con estas nuevas formas de reproducción es la gestación por sustitución. En ella una mujer presta su vientre a un matrimonio/pareja legal heterosexual/homosexual o a una mujer u hombre solos, y sus servicios culminan con el nacimiento de un bebé. En el escenario humano emergen nuevas situaciones sociales: nuevas formas de paternidad y maternidad.

Los protagonistas. Se plantea la posibilidad de que quien no puede tener hijos biológicamente, los pueda tener con ayuda de terceras personas. En esta situación podemos distinguir como partes principales involucradas: unas parejas que desean tener hijos, mujeres dispuestas a ofrecer su vientre altruistamente o mediante compensación económica, el que aporta el material genético y el potencial nuevo ser humano resultante de tal combinación. En el inicio de esta situación está la ilusión o el deseo de tener hijos por parte de unas determinados individuos solos o parejas imposibilitados de tenerlos por otras vías… Se está planteando que determinadas personas que ansían ser padres y/o madres, y no pueden serlo de manera natural, la posibilidad de tener hijos. La gestación subrogada, en algunas ocasiones, aparece como única alternativa para ser padres. La maternidad subrogada se está convirtiendo en una alternativa para parejas y para individuos en solitario que no quieren renunciar a ser madres y/o padres.

En nuestro entorno existe ya toda una generación de niños que han nacido a través de una gestación subrogada.

La generación “subrogada”.En nuestro entorno existe ya toda una generación de niños que han nacido a través de una gestación subrogada. Comprar y vender seres humanos, en ocasiones previamente seleccionados a la carta, resulta ya posible en nuestros días.... pero es ética, antropológica y moralmente justo? El debate social está servido. Las posiciones al respecto son diversas: a favor o en contra de dicha forma de reproducción humana, a favor o en contra de su regulación legal, de la práctica de alquilar vientres de mujeres en favor de terceros. Basta con que los avances biotecnológicos lo permitan? Es suficiente el deseo de los padres y la disponibilidad de mujeres dispuestas a ofrecer sus vientres en alquiler? Vientres de alquiler: ¿negocio? Reto antropológico? cuestión moral? ¿visibilidad?¿regulación legal?

Con la maternidad subrogada algo esencialmente humano está en juego. En este debate se trata una vez más de sobreponerse a un abordaje meramente epidérmico y dotar a la ciudadanía de herramientas lo más amplias posibles para comprender las implicaciones y consecuencias de dicha práctica. En el debate sobre la misma aparecen diversidad de aspectos: técnicos, biomédicos, legales, jurídicos, sociológicos, éticos y morales… pero también se derivan consecuencias antropológicas, psicológicas, personales y sociales para los que están involucrados en la situación. Dicha práctica supone una sacudida al concepto de maternidad y paternidad más “natural” y tradicional. Las principales cuestiones de fondo que subyacen a esta particular forma para alcanzar la maternidad/paternidad son: ¿no se convierten las mujeres en meros receptáculos de gestación?, ¿es social y éticamente admisible convertir el "alquiler de úteros" en un negocio?, ¿podría convertirse la maternidad subrogada en una nueva forma de explotación de las mujeres más desfavorecidas?, ¿devienen los niños en objeto de transacción y conflicto, en caso por ejemplo de que la madre subrogada se niegue a entregarlo a los contratantes?, de quién es el hijo? qué primar a la hora de establecer la paternidad: la genética o la gestación? ¿ha surgido un nuevo "mercado de la vida", en donde todo es susceptible de compra/venta? , ¿cómo actuar ante la existencia de paraísos reproductivos internacionales, en donde "todo vale"?, Y sobre todo, (y este es el aspecto que aquí más nos interesa destacar) cómo pueden ir las cosas desde la perspectiva del mayor implicado: el nuevo ser engendrado?

¿En el ámbito de la imprescindible «ecología humana» se garantizan las condiciones necesarias para una gestación humanamente sana y un saludable y equilibrado desarrollo psíquico del futuro nuevo ser humano?

Dimensión antropológica y “ecología humana”. En el debate social existente a menudo se pone el acento en el interés y el deseo de las parejas para ser padres... pero no siempre se mira en el mejor interés de los hijos. Se apela al deseo de los padres, al derecho que les asiste a la igualdad con otras parejas, a la libertad de las mujeres gestantes… pero se subraya con el mismo énfasis los derechos fundamentales  de quien se está engendrando a tener un padre y una madre y una crianza lo más “naturales” posibles?

De entrada se produce una alteración de las formas naturales de engendrar evolutiva y ecológicamente establecidas por nuestra especie. Cómo aceptará tal trasgresión (vulneración?, agresión?, violación?,) la ley “natural” por las que se rige la reproducción humana? Cómo afectará dicha práctica al natural ecosistema reproductivo humano? Cómo soportará tal embate nuestra naturaleza antropológica? Tal tipo de gestación garantiza el conjunto de resortes necesarios para un futuro sano y equilibrado desarrollo identitario, emocional, psicológico y mental de futuro ser?  Se garantizan, por ejemplo, unas condiciones de gestación adecuadas y dignas a las que todo ser humano tiene derecho, en las cuales el nuevo ser en gestación pueda sentir que es fruto del amor y no producto de otro tipo de intereses? Cuál será el precio antropológico a pagar? Cuáles los riesgos a conjurar? y el futro posible precio social a costear? No supondrá todo ello un atentado a los entresijos de la naturalidad de la “ecología reproductiva humana”?  

Socialmente existe el peligro de que los niños se convierten en un bien de consumo, de que dicha práctica se convierta en una fábrica de hacer bebés y además a la carta; engendrados sin sentimientos y con remuneración (neoliberalismo antropológico posmoderno?). Para muchos el mercado no debe regular las relaciones humanas, ni las personas pueden ser objeto de compra/venta. Que no sea el mercado el mecanismo que regule la vida. Alquilar vientres de seres humano no puede ser una práctica socialmente deseable.

Defensores y detractores. Hay defensores y detractores de dicha práctica reproductiva. Para los defensores del alquiler de úteros para la gestación de hijos en favor de terceros, el deseo de ser padres, enmarcado en el ámbito de la libertad individual, ha de ser condición suficiente para su regularización, minusvalorando las consecuencias éticas, jurídicas y antropológicas y posibles futuros costes sociales como consecuencia de dicha práctica.

En el manifiesto de la campaña No Somos Vasijas/NO a los vientres de alquiler, entre otras cosas se afirma: El deseo de paternidad/maternidad  nunca puede sustituir o violar los derechos que asisten a las mujeres y los y las menores.  El deseo de ser padres-madres y el ejercicio de la libertad no implica ningún derecho a tener hijos. El “altruismo y generosidad” de unas pocas, no evita el peligro de mercantilización, el tráfico de mujeres gestantes e hijos gestados. No aceptamos la lógica neoliberal que quiere introducir en el mercado “los vientres de alquiler”, ya que se sirve de la desigualdad estructural de las mujeres para convertir esta práctica en nicho de negocio que expone a las mujeres al tráfico reproductivo. No se puede ni se debe describir como “gestación subrogada” un hecho social que cosifica el cuerpo de las mujeres y mercantiliza el deseo de ser padres-madres. La perspectiva de los Derechos Humanos  supone rechazar la idea de que las mujeres sean usadas como  contenedoras  y sus capacidades reproductivas sean compradas. Así pues, nos declaramos en contra de cualquier tipo de regulación en torno a la utilización de mujeres como “vientres de alquiler”.

II. La relación madre-hijo: eje vertebrador para un sano y equilibrado desarrollo bio-psico-social del futuro ser humano.

Ciertos experimentos (y más tratándose de cuestiones tan trascendentales para nuestra especie) quizás mejor en casa y con gaseosa. Hace falta un mayor conocimiento sobre cómo se desarrolla el psiquismo de una persona.

El gran público debe tener un mayor conocimiento sobre cómo se desarrolla el psiquismo de una persona y su orientación sana o patológica.

El gran público debe tener un mayor conocimiento sobre cómo se desarrolla el psiquismo de una persona y su orientación sana o patológica. El amor es un componente esencial no solamente para el bienestar de una persona, sino para su desarrollo cerebral.

Nunca como ahora hemos tenido tanta información sobre la importancia del amor para el sano desarrollo personal, pero estos importantes conocimientos no llegan a todos. Seguimos teniendo padres que no saben proporcionar la atención y el cuidado necesarios a sus hijos, no solamente para que éstos crezcan sanos y no sufran sino para que cuando ellos sean adultos y padres no repitan los mismos errores con respecto a sus hijos.

La relación madre-hijo

En estos debates con demasiada frecuencia se obvia un aspecto nada menospreciable y cualitativamente relevante: la relación que la madre establece con el hijo a lo largo de la gestación y las consecuencias psicológicas y mentales que la evolución de dicha relación puede acarrear para el equilibrado y armónico desarrollo de la psique del ser que se está engendrando.

La experiencia intrauterina del feto determinará en gran parte su desarrollo mental y emocional.

¿Qué sentimientos hay en la madre gestante y qué transmite al hijo que está gestando. Qué vínculo establece la madre con el ser que está gestando?, Cuál es la calidad de dicho vínculo?, Cómo repercutirá la calidad de ese vínculo en la construcción, por ejemplo, de la identidad personal y la salud psico-mental de ese hijo a lo largo de su vida? Existe cada vez una más amplia literatura experimental y clínica sobre la formación del vínculo madre/hijo durante la gestación y las consecuencias que acarrea la continuidad, discontinuidad o quiebra de dicho vínculo tras el nacimiento para el desarrollo psicológico y mental del hijo, no solamente durante su infancia sino también en la vida adulta.

Antes de nacer, un bebé no sólo tiene una vida física sino también psicológica y emocional. El feto no es un ser pasivo y el útero ni es un lugar silencioso ni aislado del mundo. El feto tiene todos sus sentidos funcionando mucho antes del nacimiento y su experiencia intrauterina determinará en gran parte su desarrollo mental y emocional. El feto además tiene memoria, almacena recuerdos. El nacimiento y el parto es una etapa de un proceso que comenzó antes. Todo lo que experimentará el niño desde que es concebido dejará una huella en su persona. Nuestra personalidad, nuestras carencias y fortalezas se van gestando durante la vida intrauterina.

La calidad de la relación madre-hijo: eje vertebrador para un sano y equilibrado desarrollo bio-psico-social del futuro ser humano.

¿En qué medida influyen las experiencias de la madre, mientras su hijo está en su útero?; y ¿Hasta qué punto lo vivido en el vientre materno nos condiciona? La ciencia estudia todos estos interrogantes desde que un bebé es concebido; y los resultados de esas investigaciones sugieren que todo lo que experimenta un ser humano antes de nacer constituye el fundamento de su salud, su afectividad, su capacidad de relacionarse y de la capacidad de su intelecto.

Ya hace décadas que se está produciendo un cambio de paradigma en la psicología: el reconocimiento por parte de más y más profesionales de la salud de que el origen de muchas problemáticas tiene su verdadera raíz no en la infancia sino en las primeras experiencias de vida de las personas.

Desde nuestra concepción ya somos seres conscientes y sensibles a nuestro entorno y todo lo que sucede irá moldeando nuestra manera de ser. Es sin duda muy sensible a los estados emocionales de su madre, permanentes o repetitivos: sus alegrías, sus angustias y su fatiga marcan sin duda el niño desde el periodo prenatal. Embarazos no deseados, preferencia de sexo del bebé, miedos de la madre, intentos de aborto, guerras o desastres naturales, abortos anteriores, duelos no realizados, secretos familiares, problemas en la pareja, dificultades en procrear de forma natural, muerte intrauterina de gemelos, partos no respetados e instrumentalizados, cesáreas, fórceps, separación madre-criatura, etc. pueden ser la causa de conductas problemáticas, de acontecimientos repetitivos no deseados, síntomas molestos, enfermedades y dificultades en el día a día de muchas personas.

La nueva ciencia del cerebro demuestra que las emociones humanas y el sentido del propio yo no se originan durante el primera año de vida, sino mucho antes en el útero. Cuando una madre mira a su hijo recién nacido con amor este segrega hormonas de socialización y de empatía su cerebro queda programado literalmente con la capacidad de amar. Investigaciones demuestran que el cerebro del bebe está constantemente sintonizado con el de su cuidador para generar las hormonas y los neurotransmisores adecuados y en la secuencia apropiada; esta programación determina en gran medida la arquitectura cerebral que el individuo tendrá a lo largo de toda su vida. Un proceso de sintonización incompleto puede dañar las redes neuronales de la corteza prefrontal, sede de nuestras funciones humanas más avanzadas, produciendo una vulnerabilidad duradera a los problemas psicológicos. Si la programación es adecuada la conexión con el pequeño será saludable.

Toda experiencia temprana, a partir de la concepción afecta en la arquitectura del cerebro.

El flujo constante de mensajes verbales y no verbales que envían los padres y los cuidadores interactúa con la biología para regular el desarrollo del cerebro.

Las nuevas investigaciones afirman que toda experiencia temprana, a partir de la concepción afecta en la arquitectura del cerebro. Todo lo que la madre siente y piensa al estar embarazada se lo transmite a su hijo a través de las neurohomonas exactamente igual que el alcohol o la nicotina. La ansiedad, el estrés o su depresión alteran la inteligencia y la personalidad mediante una reconfiguracion del cerebro. Hoy los padres cuentan con un mapa basado en estudios concluyentes que iluminan la compleja red de influencias que intervienen de manera esencial en la construcción del cerebro.

Las primeras experiencias de vida constituyen los fundamentos de la personalidad futura. Las circunstancias en las que somos concebidos, gestados, paridos, nutridos y criados forman los patrones básicos de nuestra manera de ser, nuestras creencias implícitas y guión de vida.

"La paz, la seguridad y el bienestar de cada individuo se gestan ANTES de nacer"
OMAEP (Organización Mundial de Asociaciones de Educación Prenatal)

"Los orígenes de las heridas empiezan no en la infancia sino a partir de los primeros momentos de nuestra existencia."

¿Progreso o aberración antropológica?

Alentar la práctica de vientres de alquiler-maternidad subrogada-gestación por sustitución denota un alto grado de desconocimiento respecto la vinculación fisio-bio-psicológica y mental que establece el hijo con su madre biológica a lo largo del proceso de gestación intrauterina.

Los hijos de madre subrogada pueden presentar a lo largo de su posterior desarrollo riesgos de patologías físicas y también psicológicas, al romperse premeditada e intencionadamente, el vínculo biológico natural establecido durante su gestación con su madre biológica, provocando en estos niños entre otros problemas la confusión respecto a su propia identidad.

Desde una perspectiva bio-psicológica la moderna práctica de la «maternidad subrogada» o vientres de alquiler, puede representar una aberración antropológica, cuyas inciertas repercusiones en el desarrollo psicológico y mental del nuevo ser sólo en el trascurso de su desarrollo posterior podremos adecuadamente ponderar.

Elaboración propia, a partir de materiales diversos

Ver también:

EL VINCULO PRIMARIO madre-hijo

El útero, nuestra verdadera escuela primaria

La importancia del amor materno para el cerebro del bebé

EDUCACIÓ FAMILIAR


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